Sabemos que es lo peor que podemos comer, pero aún así no podemos negar que seguimos consumiendo un montón de comida basura cuya composición no es nada recomendable para nuestra salud.
Y a raíz de un nuevo estudio tendríamos que sumar nuevas sustancias que podrían ser peligrosas para la salud, pues los envoltorios de comida que se utilizan contienen sustancias nocivas que pueden migrar a la comida.
Los envoltorios de comida basura podrían ser un peligro para tu salud
El estudio en cuestión, publicado en la revista Environmental Science & Technology Letters, revela que los envoltorios que se utilizan para servir comidas como el pollo frito, las patatas fritas, burritos, donuts y otros platos de comida rápida contienen sustancias químicas que están ligadas a diversos riesgos para la salud. También se pueden encontrar otros estudios que muestran que es muy probable que estas sustancias migren hacia los alimentos, especialmente a los más calientes y grasientos.
Estos compuestos sintéticos pueden resistir aceite, agua y calor gracias a la enorme fuerza del enlace carbono-flúor. Esta resistencia, hace que sean sustancias que habitualmente se emplean para fabricar cosméticos, espumas antiincendios o bolsas para palomitas de microondas. Estos compuestos que se han encontrado, que reciben el nombre de sustancias polifluoroalcalinas (PFAs) están más presentes de lo que se esperaba. Tan como se aprecia en la imagen superior.
Según palabras de Laurel Schaider, investigador responsable del estudio, la mayor evidencia de que estas sustancias pueden suponer un riesgo para la salud son las personas que han bebido agua contaminada con estas sustancias, como por ejemplo la población cerca de la fábrica de DuPont’s fue expuesta a agua contaminada con ácido perfluoroctanoico (PFOA o C8), el compuesto que se utliza para hacer el teflón y los estudios posteriores revelaron que había una alta probabilidad de que seis enfermedades estuviesen relacionadas con la exposición al PFOA. Estas dolencias eran el colesterol alto, el cáncer de riñón y testículos, enfermedades de tiroides, hipertensión gestacional y colitis ulcerosa.
El peligro del papel de la hamburguesa
Pero beber agua contaminada es solo una forma de exposición, puede haber más, así que la doctora Schaider decidió ir un poco más allá. Ella y su equipo recogieron una muestra de 400 envoltorios de comida basura procedente de 27 cadenas de comida rápida distribuidas por todo el país y con ayuda de un equipo de la Universidad de Notre Dame, fueron capaces de detectar los niveles de flúor en cada una de las muestras.
El resultado de los análisis reveló que la tercera parte de las muestras analizadas contenía compuestos fluorados. En los vasos de papel y en los materiales que no estaban en contacto con la comida no aparecían sustancias químicas. En cambio sí aparecieron en casi la mitad de los envoltorios de comida, incluyendo el del 57% de la comida TexMex, el 56% de los sobres de papel para pan y postres, el 38% de las hamburguesas, el 20% de los cartuchos de patatas fritas y otras comidas grasientas.
Entre las 27 cadenas de las que se recogieron muestras se encontraban algunas tan populares como Taco Bell, Dunkin’ Donuts, Starbucks, and McDonalds, aunque el objetivo del estudio no era establecer una comparativa entre las distintas cadenas.
Cómo puede afectar a tu salud
En Estados Unidos, 8 de cada 10 personas reconocen comer al menos una vez al mes en un establecimiento de comida rápida y casi la mitad, confiesan hacerlo al menos una vez por semana.
Aunque lo realmente preocupante es la exposición de los niños a los compuestos fluorados PFA procedentes de los envases, pues su organismo aún está desarrollándose y es más sensible a cualquier tóxico. Y, como si eso no fuera suficiente, estas sustancias químicas también pueden interferir con las vacunas disminuyendo el efecto de las mismas.
Además, en los análisis que se realizaron algunas muestras también resultaron tener PFOA, sustancia prohibida desde 2011, por lo que su presencia solo podría explicarse si los envoltorios analizados perteneciesen a stocks antiguos o bien fuesen de procedencia china, país donde sigue utilizándose este compuesto.
No solo en la comida rápida
En un estudio previo realizado por el mismo equipo de Notre Dame, también se analizaron las bolsas de palomitas para microondas de 15 marcas distintas en Washington y se encontraron PFAs en todas las marcas analizadas.
En definitiva, que cada vez hay más razones para huir de la comida basura y, cuando nos apetezca algo más grasiento nos lo preparemos en casa y sin papeleos.
Fuente | The Verge