Los 7 defectos más curiosos en los huevos de gallina
Os presentamos unos cuantos defectos en los huevos de gallina que aparecen en mayor o menor medida pero que no impiden su consumo.
20 febrero, 2017 21:34Noticias relacionadas
El huevo es uno de los alimentos básicos de nuestra dieta, es una fuente de proteínas de alto valor biológico y otros nutrientes y, además, es barato. En cocina, se trata de un ingrediente muy versátil que puede prepararse de infinidad de maneras.
Aunque a estas alturas ya todos sabemos cómo saber si un huevo está fresco, a veces los huevos pueden darnos sorpresas que nos hacen dudar de si podemos comerlos sin miedo o si es mejor desecharlos.
7 defectos en los huevos que no impiden consumirlos
Aunque lo deseable es que la cáscara esté completamente limpia y sin ningún tipo de rotura o fisura, que la clara sea transparente, sin manchas ni cuerpos extraños de ningún tipo y con consistencia gelatinosa y que la yema no se separe ni se mezcle con la clara, a veces, los huevos tienen pequeños defectos o anomalías que no significan que tengamos que desechar el huevo.
Un huevo dentro de otro huevo
Como puede observarse en el vídeo que estos días se ha hecho viral se trata de un huevo que, al abrirlo aparte de la clara y la yema hay otro huevo completo. No es un caso habitual pero puede suceder cuando una gallina no ha expulsado un huevo y ya ha formado el siguiente, de manera que el primer huevo es absorbido por el segundo. Si no presentan otras anomalías, ambos huevos son comestibles.
Huevos de dos yemas
Cuando la gallina genera dos óvulos simultáneamente salen huevos de dos yemas, son algo así como unos huevos gemelos y son perfectamente comestibles. De hecho, puede haberlos hasta con 3 yemas.
Chalazas
La chalaza es ese cordón blanquecino que está pegado a la yema, su presencia solo es indicativo de que el huevo está muy fresco y su función es mantener la yema suspendida en el centro del huevo. No hay que retirarlas, ya que al cocinar el huevo se cuaja como el resto de la clara.
Pequeñas manchas marrones en la clara
Son como puntitos que pueden estar agrupados o dispersos, de color rojo oscuro o marrón, como los que se ven en el huevo de la derecha. Se deben generalmente a pequeñas hemorragias durante la ovulación y son más o menos frecuentes dependiendo de la raza de la gallina. Aún así, el huevo es perfectamente comestible.
Manchas en la cáscara
Algunos huevos en vez de tener la cáscara de un color uniforme presentan un moteado de color algo más oscuro o incluso blanco. Se deben al tipo de dieta de la gallina o a defectos en el aparato reproductor de la misma, pero si no presenta otras anomalías, el huevo es comestible.
Cáscara con arrugas o estrías
Es el caso del huevo de la izquierda de la imagen en el que se aprecian unas pequeñas arrugas en la cáscara. Puede pasar por varios motivos, que la gallina sea joven y no tenga completamente formado el aparato reproductor, que esté estresada o que viva en condiciones de hacinamiento. En general, estos huevos no dicen nada bueno de las condiciones de vida de las gallinas que los ponen, pero el huevo en sí es perfectamente apto para el consumo.
Cáscara áspera como papel de lija
Sería el caso del huevo de la derecha de la foto anterior, en el que si os fijáis bien se ven como unos puntitos en relieve que le dan al huevo un tacto áspero como si tocásemos un papel de lija. Esto se debe a un exceso de calcio en la cáscara, algo que también es habitual en gallinas hacinadas. Por lo demás, el huevo es apto para el consumo.
Estos últimos defectos es más común encontrarlos en huevos cuyo código empieza por 03, es decir, en aquellos huevos que proceden de gallinas criadas en jaulas, por eso, si quieres evitar estar con dudas, lo mejor es invertir un poco más y, si no alcanza el presupuesto para comprar huevos ecológicos, al menos adquirir unos huevos de gallinas criadas en libertad -código 01-.