Durante años los ginecólogos han prohibido comer jamón durante el embarazo. Una restricción que desde luego no tiene nada de aleatoria. Y es que el jamón, al igual que el resto carnes y pescados crudos, puede portar la toxoplasmosis. Una enfermedad que no resulta excesivamente peligrosa para la madre (o una persona cualquiera) pero que resulta especialmente peligrosa para el bebe si se llega a infectar él o la placenta.
De ahí que las mujeres embarazadas no sólo tengan que evitar comer embutido o sushi si no que también tienen que evitar lavar utensilios que hayan estado en contacto con carne cruda, deben lavar bien las frutas y verduras, además de lavarse las manos antes y después de comer. ¡Incluso se recomienda evitar el contacto con las heces de gato!
¿Hay alguna excepción?
Como todo en esta vida, existen excepciones. La toxoplasmosis es una enfermedad que sólo se puede contraer una vez, como la varicela, a partir de la cual se cuentan con los anticuerpos necesarios para combatirla. De ahí que a todas las mujeres embarazadas se les haga la prueba en el primer análisis. Si ya se ha pasado, no hay que tener en cuenta ninguna de estas precauciones puesto que no se va a poner en peligro al bebe.
En los últimos tiempos también se han publicado varios estudios, como este de Sociedad Española de Infectología Pediátrica, que aseguran que es seguro comer carnes o pescados que hayan sido o bien cocinados a más de 66ºC de temperatura o congelados durante 24h a -20ºC. O lo que es lo mismo, una embarazada puede comer jamón incluso sin haber pasado la toxoplasmosis si este ha sido congelado previamente.
En España también se han publicado estudios, como este de la Universidad de Zaragoza o este del Centro Tecnológico Andaluz del Sector Cárnico, que aseguran que el proceso de curación del jamón elimina todo rastro de esta bacteria a partir de los 14 meses. Aunque son tan recientes que todavía no están avalados por toda la comunidad médica.
Sea como fuere, no te olvides de consultar siempre a tu médico y hacer caso a sus recomendaciones. Estos estudios son un buen punto de partida, pero no todos los casos, embarazos y personas son iguales.