En los últimos años no han sido pocos los consumidores que se quejaban del exceso de azúcar en los refrescos y presionaban a las empresas para que hiciesen algo al respecto. Por su parte, los fabricantes en vez de centrarse solo en intentar mejorar las recetas para obtener sabores agradables de manera más saludable también se han dedicado a invertir gran cantidad de recursos en financiar estudios que suavizasen los efectos negativos del azúcar.
Pero con la demostrada relación entre el aumento del consumo de azúcar y la aparición de problemas de salud como la diabetes, obesidad, caries o incluso problemas coronarios, está claro que la reducción de la cantidad de azúcar se ha acabado convirtiendo en una prioridad para las autoridades sanitarias. No así para las empresas, para las que el desarrollo de nuevas fórmulas podría resultar un gran reto, pues de no conseguir dar con la adecuada, podrían acabar fracasando estrepitosamente. O no.
Coca-Cola empieza a fabricar refrescos con menos azúcar y nadie nota la diferencia
Según una entrevista reciente a James Quincey, nuevo CEO de Coca-Cola, en la que explicaba la reacción ante la decisión de la compañía de reducir ligeramente la cantidad de azúcar en algunos de sus refrescos en diferentes partes del mundo aseguró que:
“En Australia, eliminaron el 15% del azúcar del Sprite y lo sustituyeron por Stevia -por supuesto que, para cumplir la ley, lo indicaron en la etiqueta- y a los consumidores les seguía gustando igual. Lo mismo pasó en Europa, cuando se redujeron las calorías de la Fanta en un 30% y las ventas continuaron siendo exactamente las mismas”.
Pero no siempre hay tanta suerte
Pero no siempre los cambios en las formulaciones tienen buena acogida por parte de los consumidores. Pepsi el año pasado decidió volver a utilizar el aspartamo en su línea de refrescos light después de las quejas recibidas por parte de los consumidores a los que no les gustaba el nuevo sabor.
Así que, en definitiva, la industria de los refrescos tiene aún mucho camino por recorrer antes de que pueda librarse de la mala reputación de ser alimentos cargados de azúcar y muy poco recomendables en la dieta. Y no solo eso, ya que también son cada vez más las autoridades sanitarias dispuestas a presionar para que se aumenten los impuestos sobre este tipo de bebidas.