Tranquilos, esto sigue siendo Cocinillas, aunque por un momento hayáis pensando que nos hemos convertido en la sección de Gastronomía de El Mundo Today, nada más lejos de la realidad.
Que sí, que eso del carbón activado a muchos os recuerda a los anuncios de las plantillas para que el calzado deportivo no cante por soleares, incluso otros también sabréis que es un producto que se utiliza para realizar lavados de estómago en casos de intoxicación o envenenamiento.
Yo no sé si es cosa de esta época de ahora en la que vivimos, o si antes también se inventaban cosas así pero como no estábamos tan informados no nos enterábamos. El caso es que ahora, cada día me sorprende más la increíble cantidad de magufadas absurdas que mucha gente se cree a pies juntillas, por el simple hecho de que a algún iluminado le dé por predicarlo.
Qué es el carbón activado y por qué no te lo debes comer
Lo mejor será empezar por el principio y explicar qué es el carbón activado. Para empezar, todo el mundo tiene una idea más o menos clara de qué es el carbón, pues en el cole nos contaban que es un combustible fósil procedente de la combustión de sustancias vegetales como maderas, y que está compuesto casi en su totalidad por carbono. Este combustible, en el ámbito doméstico, solemos usarlo principalmente en verano para alimentar el fuego de nuestras barbacoas, pero hasta ahora no me consta que a nadie se le haya ocurrido comérselo. Luego también sabemos que existe el carbón de Reyes, que ese sí se puede comer, pero porque es de mentira y está hecho con azúcar -buena razón para que tampoco forme parte de la dieta-.
Cuando el carbón -de verdad- se somete a una serie de tratamientos térmicos determinados, éste se reduce a un polvo fino que se conoce como carbón activado. Este polvo tiene la particularidad de que cada partícula tiene una elevada porosidad, por lo que en conjunto es como una tierra muy porosa, que es capaz de funcionar como una esponja natural. Y además de esta gran capacidad de absorción, el carbón activado o activo, también tiene un gran poder de adsorción. Esto permite que el carbón activado sea un material muy eficiente cuando se utiliza como filtro, ya que es capaz de admitir una gran cantidad de líquido -absorción- y de que cuando ese líquido salga del filtro, las impurezas queden retenidas en el filtro -adsorción-.
Así es que el carbón activado se utiliza principalmente para construir filtros purificadores que se usan en plantas de depuración de aguas, para purificar el aire. Incluso en la industria alimentaria se utilizan filtros de carbón activado para clarificar bebidas eliminando cualquier rastro de turbidez, ya que no deja residuo ni sabor -de hecho, sucede lo contrario, las partículas que enturbian el líquido quedan retenidas en el filtro-.
En medicina, también se utiliza en casos de envenenamiento, de hecho se le conoce como antídoto universal y resulta eficaz como tal frente a muchos venenos si el lavado gástrico se efectúa a tiempo, justo cuando el veneno está en el estómago y aún no ha sido absorbido por el organismo. Como nuestro organismo no es capaz de digerir el carbón, directamente lo expulsa y con él el veneno. En un caso así, con la vida del paciente en juego, poco importa si el carbón activado además de retener y eliminar el veneno se lleva con él a otros nutrientes esenciales que se pueden reponer fácilmente una vez que haya pasado el peligro.
¿Tiene sentido la comida con carbón activado?
Ahora que ya sabemos de qué estamos hablando, me imagino que todo debió empezar el día en el que a alguna mente demasiado ociosa se le ocurrió pensar que si el carbón activado era un filtro tan fabuloso, qué batido detox ni qué historias, si el carbón este es capaz de arrastrar un veneno mortal del organismo, eso tiene que ser lo más para depurarse por dentro, seguro que elimina el colesterol y todo lo malo que uno tenga por dentro. Y a partir de ahí la bola fue creciendo.
El caso es que esta teoría tan magufa se ha puesto de moda y cada vez son más los que se creen que comer carbón activado les va a hacer estar más sanos. Y no es cierto, la comida con carbón activado no tiene sentido por varias razones:
- Nuestro organismo no absorbe el carbón activado, sino que este se limita a retener lo que se encuentre en el estómago y eliminarlo, luego el único colesterol que podría llegar a eliminar es la ínfima cantidad que tuviese el huevo que te hayas comido ese día.
- El carbón activado en nuestro cuerpo tiene un efecto contrario al de la fibra, por lo que al no digerirse, se elimina directamente y puede producir estreñimiento.
- El carbón activado, efectivamente es un buen filtro, pero no es un filtro inteligente, igual que arrastra con el colesterol del huevo que te habías comido, arrastra con el antibiótico que estás tomando para la otitis o con los anticonceptivos que tomas para no llevarte sustos.
Pero la comida negra mola mucho
Pues claro que sí, pero no hace falta que los ingredientes salgan de una mina. Para eso está la tinta de sepia que da unos resultados fabulosos y le da un sabor delicioso a las masas. Eso sí, casi mejor pasamos de echársela al café.
Y ahora decide tú, si quieres comer en negro o en technicolor pero, por favor, no comas carbón.