El cangrejo azul americano (Callinectes sapidus) es una especie exótica invasora que surca a sus anchas todo el mar Mediterráneo desde el Delta del Ebro hasta Gibraltar. Científicos del CIMAR (Centro de Investigación Marina) de la Universidad de Alicante están investigando cómo controlar su expansión, pero "su propagación va más deprisa que la actividad científica" como ellos mismos declaran.
El cangrejo azul americano, visto en 2012
Lo devoran todo, a los cangrejos verdes que ya habitaban estas aguas e incluso a otros cangrejos azules, y también destrozan las redes de pesca cuando se les captura de forma accidental. De hecho, este estudio surge bajo la petición de la Cofradía de Pescadores de Guardamar, donde se pescan sepias y langostinos con trasmallo durante el verano. También en la Albufera Valenciana y en el Mar Menor están teniendo problemas con sus redes.
Sus fuertes mandíbulas y pinzas son las herramientas perfectas para deshacerse con facilidad de las redes de los pescadores de estas costas. Por no hablar de su tamaño: pueden llegar a medir 20 centímetros de ancho (de pata a pata), llegando a pesar cerca de medio kilo cuando son adultos.
Los primeros ejemplares se vieron en el año 2012 en el Delta del Ebro. Desde entonces, este crustáceo se ha convertido en un problema en nuestras costas. "Este cangrejo originario del Atlántico americano se ha expandido por mar, ríos y humedales de toda la Comunidad Valenciana. Las noticias sobre su incidencia en nuestras costas no paran de sucederse" como explica Carmen Barberá, investigadora del CIMAR.
¿Cómo ha podido llegar desde Estados Unidos a España?
La teoría más fuerte hasta el momento dice que estos cangrejos podían encontrarse en las aguas de lastre de los barcos. Al vaciarlos en nuestras aguas el cangrejo encontró un nuevo hábitat. "Este cangrejo tiene, potencialmente, unas tasas elevadas de fecundidad y supervivencia, lo que podría justificar también su éxito en el establecimiento en esta zona" según la investigadora Carmen Barberá.
Para hacernos una idea, las hembras de esta especie pueden realizar 18 puestas de ocho millones de huevos cada una en tan solo dos años. Y en cuanto a los depredadores que se alimenten de ellos tan solo tenemos al pulpo, cada vez más y más demandado en Estados Unidos y Japón, lo que disminuye su número en el mar y el aumento de su precio.
Lo curioso es que se empezaron a ver en el Delta del Ebro pero ya se han extendido hacia el sur por todo el Mediterráneo aunque las corrientes no van en ese sentido. Una vez más, todo parece indicar que esas aguas de lastre son las culpables de su expansión aunque también se sabe que se experimentó con su cultivo de Turquía.
Gracias a la investigación de la Universidad de Alicante también conocemos las migraciones de este animal, que cambia de agua dulce a salada y viceversa para reproducirse. "En verano las hembras se desplazan al mar para realizar las puestas. Los huevos necesitan cierta salinidad para eclosionar y que salgan las larvas", explica el estudio. Es con el comienzo del otoño cuando las hembras vuelven a aguas dulces.
¿Qué hacemos para acabar con ellos?
Desde la Universidad de Alicante y el CIMAR surge una de las propuestas más firmes: permitir su pesca. "Estamos trabajando con los pescadores para que prueben diferentes tipos de nasas (una estructura pensada para la pesca)-explica Carmen Barberá - para que se pueda sustentar esta modalidad pesquera, como sucede en el Atlántico americano".
Desde un punto de vista positivo, es una nueva especie que vender y de la que los pescadores de nuestras costas puedan vivir. Es decir, que la solución es comérnoslos. Y es que se están sacando alrededor de diez kilos al día de cangrejo azul de las aguas del Delta del Ebro.
En la zona de Maryland (Baltimore), en la costa este de Estados Unidos, se deleitan comiendo estos cangrejos e incluso hay un festival del marisco en verano (desde 1966) en el que son la gran estrella. Allí acuden de todas partes del país solo para comer ostras y cangrejo azul "al estilo Maryland" (es decir, cocinados al vapor, no vayamos a pensar que se complican la vida mucho más). En España podemos sacarles partido también preparándolos en ensalada, en un buen arroz con más mariscos o haciendo un pastel de cangrejo, por ejemplo.