Ubicado en el barrio de Salamanca, el restaurante Mano de Santa busca posicionarse como un punto de encuentro en el que las preocupaciones se quedan al otro lado de la puerta, o como bien describen sus cuatro socios: “un bálsamo para la rutina del día a día, un lugar en el que quien nos visite pueda reconectar consigo mismo, con las cosas que le apasionan y le mueven a través de nuestra propuesta gastronómica, que es una invitación a viajar mediante diferentes sabores, y de nuestra coctelería artesanal”.
Cuando los chefs Nacho Chicharro y Dani Garrido, el bartender Álvaro Cañellas y su socio José Tomás Garrido decidieron embarcarse en la aventura de crear su propio restaurante, tenían muy claro cuál querían que fuese su fin: ser capaces de transmitir su forma de entender y vivir la hostelería desde los dos lados, el del hostelero y el del público. Así, comenzaba a tomar forma Mano de Santa, el restaurante con el que estos cuatro amigos, hosteleros y emprendedores con una amplia trayectoria en el sector de la restauración, se han propuesto conquistar Madrid. Una apertura que llega con la premisa de convertirse en casa, refugio y vía de escape para los que disfrutan de la buena cocina o la coctelería, además de vivir intensamente los pequeños placeres y detalles.
- Dirección: C./ General Díaz Porlier, 95. 28006 Madrid
- Horario: Lu-Do: 13:00 - 00:00
- Reservas: 917 24 17 87
- Precio: 45 €
La cocina de Mano de Santa
Para cumplir con la filosofía Mano de Santa, donde la máxima es que el cliente salga por la puerta con buen sabor de boca en cada visita al restaurante, Nacho Chicharro y Dani Garrido, chefs ejecutivos al mando de los fogones, han diseñado una propuesta gastronómica basada en la cocina viajera. Gracias a sus conocimientos sobre los diferentes estilos culinarios del mundo, y tras haber pasado por las cocinas de restaurantes londineses de la categoría de Zuma o Spice Market, así como diferentes establecimientos nacionales galardonados con estrellas Michelin, ambos chefs han elaborado conjuntamente un divertido y dinámico menú con el mismo origen, pero salpicado con diferentes guiños viajeros que se pueden apreciar en la composición y los matices de todos los platos que conforman la carta.
De esta forma, los amantes del buen comer pueden encontrar en Mano de Santa desde una ensaladilla rusa con gambas y tortilla crujiente de camarones, y unas croquetas de Idiazábal y piñones con crema de membrillo, hasta unas migas con trufa salteadas al wok o unos dumplings de ropa vieja con caldo de cocido, pasando por un jarrete de cordero con cacahuetes y salvia, que puede ser acompañado por diferentes opciones de guarnición.
A la hora de seleccionar la materia prima para todas sus elaboraciones, el equipo de Mano de Santa cuenta con proveedores de máxima calidad y de referencia local, nacional e internacional. Proveedores con los que llevan trabajando durante toda su trayectoria en el sector de restauración hasta crear una estrecha relación basada en la confianza.
La carta líquida
La oferta líquida tiene también un papel protagonista en la experiencia que el comensal vive en Mano de Santa, aportando múltiples referencias españolas y una selección de vinos que traspasan fronteras. Por un lado, el jefe de sala y sumiller Alejandro Fernández Félix, con una amplia trayectoria en el mundo de la restauración, destacando su paso por Grupo Tragaluz y Urrechu, ha diseñado junto al equipo una completa bodega que cuenta con más de 120 referencias y que comprende desde opciones clásicas, nacionales e internacionales, hasta referencias de pequeños productores que comienzan su andadura en el sector.
Por otro lado, Álvaro Cañellas, quien ha trabajado como Bar Manager en grupos restauradores de referencia como Tragaluz y Tatel, y en restaurantes como StreetXO o Soy Kitchen, ha diseñado una carta de cócteles que sin duda conquistarán al público que visite Mano de Santa. Su propuesta se compone de alrededor de doce cócteles de autor y referencias clásicas elaboradas artesanalmente con siropes, cordiales y purés caseros y zumos de fruta fresca. Para los más atrevidos, la mejor opción es dejarse llevar por las recomendaciones del equipo de barra, orientado a crear exclusivos cócteles según los gustos del cliente. Además, en Mano de Santa se elabora un vermouth casero, blanco y rojo, que se posiciona como producto de referencia para disfrutar a la hora del aperitivo en el barrio de Salamanca.
Los espacios de Mano de Santa
Para crear una experiencia global y envolvente, Mano de Santa cuenta con tres ambientes diferentes que conviven en armonía en su sala a doble altura y que van de la mano con la oferta gastronómica y coctelera. Un espacio luminoso, diseñado a medida y en cuyo interiorismo han estado implicados personalmente los cuatro socios bajo el asesoramiento del interiorista Fernando del Amo, quien se ha inspirado en las diferentes personalidades de cada uno de ellos para crear una atmósfera que refleje su forma de entender la gastronomía y la hospitalidad.
En primer lugar, al cruzar el umbral del restaurante, se encuentra la zona de barra con mesas altas y taburetes, donde reinará el picoteo de una forma más informal. Un rincón de inspiración cosmopolita donde los colores oscuros y cobrizos, junto con toques art decó que trasladan la experiencia a una tarde-noche neoyorquina, son los absolutos protagonistas.
En segundo lugar, y también en la primera altura, se encuentra una zona de ambiente más clásico que nos traslada a cualquier capital europea con mesas y una gran bancada con vistas a la cocina abierta. Y, por último, un espacio superior más luminoso y fresco, de aire mediterráneo, con una zona en la que se encuentra una bancada recta y dos bancos de asientos corridos con forma circular, delante de la cava de vinos, donde se podrán organizar encuentros de grupo.
Además, Mano de Santa dispone de un reservado con baño propio y una gran mesa circular con capacidad para hasta 12 personas.
En definitiva, durante toda la semana, el público disfrutará en Mano de Santa un ambiente cercano, casi familiar, donde vivir una experiencia enriquecedora a través de una propuesta gastronómica dinámica, accesible y non-stop, gracias a su cocina ininterrumpida, ya sea en horario de comida, cena, aperitivo o afterwork. Así, el restaurante se posiciona para cualquier ocasión que lo demande como un bálsamo que será “Mano de Santa” para la rutina del día a día.