El aperitivo en Italia es una cosa muy seria y, en la práctica, dista de cómo se hace en España. Si habéis estado en cualquier ciudad del Belpaese, os habréis dado cuenta de que entre aproximadamente las 18 y las 21 horas los bares y los restaurantes se llenan de gente.
Pero, ¿qué es el aperitivo? Palabra de origen latina, deriva del verbo ‘aperire’ (abrir) y consiste en una bebida, generalmente alcohólica, que estimula el apetito antes de la cena. Muchas veces, aunque no es obligatorio, se acompaña con papas fritas, aceitunas o pequeñas tapas.
Se pueden tomar también vinos y cervezas, pero el aperitivo al estilo italiano prevé una bebida amarga como nos enseña su ‘inventor’ Antonio Benedetto Carpano, cuya licorería turinesa en 1786 le dio un giro absoluto al mundo del beverage. Y no estoy hablando del Spritz... Pues bien, para transmitiros la esencia de este momento sagrado en el día promedio de los italianos hay que destacar al menos cinco curiosidades y falsos mitos sobre el aperitivo.
1) El Spritz no se hace solo con Aperol
"Esa bebida color naranja representa sin duda el drink italiano más conocido y bebido en el mundo, pero el verdadero Spritz no era así y tiene una larga historia para contar", nos cuenta la creadora de Venice Cocktail Week Paola Mencarelli. De hecho, fue creado en Venecia al principio del '800, cuando los soldados Habsburgos empezaron a añadir agua con gas a los vinos blancos del Veneto para hacerlos un poco más suaves (el verbo alemán ‘spritzen’ significa precisamente rociar).
Sin embargo, el Spritz que conocemos hoy (Bitter, Prosecco y agua con gas) nació solamente en los años '20 del '900, cuando se añadió a esta mixtura un poco de bitter también. El resultado fue la creación del Spritz con Select (rojo y más amargo), que sigue siendo el Spritz favorito de todos los venecianos (y de los apasionados de coctelería), y luego del Spritz con Aperol (naranjo y más dulce) en Padua. Hoy en día existen un montón de variedades de Spritz, que puede prepararse también con Campari, China Martini, Cynar, Prosecco, vino blanco...
2) El Negroni tiene 100 años y una placa conmemorativa en Florencia
El segundo cocktail más conocido de Italia es el Negroni. Fuertecito y mucho más amargo que el Spritz, el 25 junio de 2019 entró oficialmente en la historia de Florencia, de Italia y de la coctelería más en general. No es casual que Campari haya decidido otorgar a los florentinos una placa conmemorativa para celebrar los 100 años del Negroni, porque el famoso drink hecho con Vermut rojo, bitter Campari y Ginebra se hizo leyenda en el histórico Caffè Casoni.
De hecho, en este café florentino en via de’ Tornabuoni el Conde Camillo Negroni ideó el Negroni en 1919 con la colaboración del barman Fosco Scarselli. "La placa dedicada al Negroni hoy no mira solo hacia el pasado, repasando las orígenes de un cocktail que cambió la historia del bar, y hacia el presente, ya que este drink continúa a ser protagonista en Florencia y en todo el mundo. Mira también hacia el futuro, porque el Negroni – ahora aún más – formará siempre parte del patrimonio cultural italiano", nos explica el periodista Federico S. Bellanca, experto de coctelería de Forbes Italia.
3) El ‘amaro’ no se toma (solo) al final de la comida
El ‘amaro’, o sea el bajativo, tiene una gran importancia en la gastronomía y coctelería italiana. Podréis verlo con vuestros ojos en cualquier restaurante italiano, donde tras una rica comida el camarero os ofrecerá siempre un ‘amaro’ (o un ‘limoncello’) para favorecer vuestra digestión.
"Es la misma ciencia que nos dice que las hierbas contenidas en estas bebidas nos ayudan a digerir, pero sirven también para estimular nuestro apetito. De hecho, si ingerimos una sustancia amarga con el estómago vacío, tendremos inmediatamente ganas de comer algo. Dicho de otra manera: nuestro estómago se abrirá", declara el rey del ‘amaro’ italiano Matteo Zed, autor del libro ‘Il grande libro dell’amaro italiano’ y Bar Manager del The Court (77° The World’s 50 Best Bars 2022), situado por delante del Coliseo romano.
4) El vermut no se toma puro
Si el sabor amargo estimula nuestro apetito, el sabor dulce del vermut no llama mucho la atención de los italianos a la hora del aperitivo. Por aquí el vermut sólo se bebe como si fuera un bajativo, al final de una buena cena por ejemplo, aunque todo cambia si hablamos de coctelería (Negroni, Americano, etc.). Esta costumbre es muy diferente con respecto a la tradición española de tomarse un vermut con aceitunas o naranja antes de almorzar o de cenar, algo muy complicado en Italia porque los italianos prefieren generalmente sabores amargos y porque muchos vermut llevan añadido caramelo.
"Nuestro Vermouth es uno de los pocos que en Italia se mantiene lejos de caramelo u otros colorantes, quedándose con su color natural y su sabor más amargo. Por eso aconsejamos tomarlo puro, con un poco de hielo, independientemente de la comida", relata Enrico Chioccioli Altadonna, Master Distiller de la empresa Winestillery y joven representante de una nueva generación de innovadores productores italianos.
5) Existe una ginebra por cada ciudad de Italia
Hay algo que pone de acuerdo a los italianos con los españoles a la hora del aperitivo: la pasión por la ginebra. Tanto en el Negroni como en el clásico Gin&Tonic, se busca cada vez más una ginebra local, artesanal y de primera calidad. Una tendencia creciente que en los últimos años ha llevado a una auténtica explosión del mercado, con (casi) una ginebra diferente por cada ciudad.
Nos lo confirma >Il Gingegnere, el Gin-Influencer más seguido de Italia con 85K follower en Instagram y 50K en TikTok: "En Italia todos quieren crear su propia ginebra. El mercado se está saturando mucho, pero al mismo tiempo tenemos cientos de ginebras artesanales que consiguen enamorar tanto a los expertos como a los menos informados. Pienso por ejemplo en el Peter in Florence de Florencia, en el Più Cinque de Milán o en el Caprisius de la isla de Capri. Además del plato típico, hoy los turistas italianos y extranjeros pueden probar también la o las ginebras del mismo lugar que visitan. Podemos decir que la Ginebra ya forma parte del turismo”.