La escena churrera no deja de hacer chup chup. Desde hace un par de años vivimos una nueva revolución en la que la churrería clásica reivindica su papel en la cultura de España pero también se reinventa, y explora nuevas fórmulas. Esta masa frita elaborada con harina, agua y sal también está sirviendo de base a nuevas recetas que triunfan dentro del universo de la repostería, como el churrodonut.
En cuanto a los clásicos, aún quedan cosas por contar; ahora la capital estrena un nuevo rincón en el barrio Salamanca al que peregrinar: Chirusa Experimental (C/ Calle Castelló, 5. Madrid), una apuesta por los churros ligeros y de calidad.
Los churros fritos y el chocolate belga
Al contrario que muchos otros, en Chirusa apuestan por la harina ecológica de trigo duro como ingrediente principal para la elaboración de sus churros, de esta forma se consigue que no absorban tanto aceite, sin renunciar al crujiente de su exterior. ¿Cómo? Con la freidora compacta y moderna con la que los fríe, que le permite controlar la temperatura del aceite, evitando la aparición de compuestos perjudiciales para la salud, como los ácidos grasos trans.
“Trabajo con freidoras eléctricas y modernas de alto rendimiento para que los churros sean más sanos y nada indigestos” cuenta Marcos Gilligan, detrás del concepto. Esto se traduce en un 30 por ciento menos de aceite que los tradicionales y, además, un mayor contenido de proteínas.
Reinventando el círculo para mayor disfrute Gilligan propone mojar el churro - estos tienen forma de bastón recto- en las diferentes salsas italianas para untar que elaboran. Divertidas y golosas, la tienen de pistacho, de chocolate blanco belga, de chocolate rosa (sin colorantes, pues se extrae de un cacao rubí), de cacahuetes o de dulce de leche. Cuentan además con azúcar violeta, inspirado en los tan castizos caramelos con forma de violeta.
La otra estrella es el chocolate belga a la taza con leche, en cuya elaboración no se utiliza ni almidón ni espesantes, lo que consigue que no sea nada empalagoso ni denso.
Para los veganos: hay novedades. Ahora en su carta también encontraréis el chocolate blanco con matcha para acompañar al brioche con helado vegano de suave vainilla con crema de pistacho, de cacahuete o de gianduja.
Nuestra historia se repite y no hay duda de que los churros han formado parte de nuestra cultura y no sólo ocupan un lugar especial en el corazón de Lola Flores -quien se gastó 70.000 de las antiguas pesetas en churros para la boda de su hija Lolita- también en los nuestros. Y Chirusa Experimental aparece en el mapa de este dulce tradicional al que podemos peregrinar y pecar de una manera más rica, artesanal y ligera.