Hoy el mundo se ha despertado con la noticia del fallecimiento del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi. Un político que no solo ocupaba portadas de periódicos y revistas por su cargo político sino por sus negocios y su vida personal.
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A lo largo de su mediática vida, existe una anécdota curiosa relaciona con la gastronomía que fue sonada en su momento, pues por una torpeza del italiano refiriéndose a la cocina finlandesa que provocó un conflicto diplomático con repercusiones que llegaron incluso a intentos de boicot a los productos italianos en Finlandia -país que también optaba a albergar dicha sede-, según explicaba el Corriere de la Sera. Pero la 'venganza' por semejante ofensa llegó tres años más tarde cuando los finlandeses se comieron literalmente a Berlusconi.
Cuando Berlusconi menospreció la cocina finlandesa
Corría el año 2005 cuando Berlusconi asistió a la inauguración de la nueva sede de la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria), el organismo que vigila la seguridad alimentaria para humanos y animales, en la ciudad italiana de Parma. Durante el evento, el político ensalzó las virtudes de la localidad afirmando que era la ubicación perfecta para dicho organismo gracias a su tradición fabricando jamones -el jamón de Parma es una chacina similar a nuestro jamón serrano- y explicó que Finlandia estaba menos cualificada porque los finlandeses comen renos marinados.
Tal comentario no pasó desapercibido para los habitantes de este país, muy sensibles con todo lo que rodea a su animal preferido y siempre dispuestos a salir en su defensa, y no dudaron en expresar su malestar. El grave error del entonces primer ministro italiano fue la referencia al reno marinado, que se consume en la Laponia noruega y en Alaska, pero no en Finlandia, donde el reno se consume en guisos, acompañado de salsas o ahumado.
La venganza de los finlandeses
Tres años después, en 2008, la cadena finlandesa Kotti Pizza se presentaba al concurso internacional New York Pizza Show con una pizza elaborada con masa de harina integral y centeno, cebolla roja y reno ahumado a la que bautizaron como Pizza Berlusconi en alusión al aún recordado incidente que había tenido lugar tres años atrás.
La cosa no quedó ahí, por esas cosas de justicia poética que en ocasiones tiene la vida, la pizza finlandesa no solo triunfó en el concurso, sino que ganó superando a los dos chefs italianos que también participaban.
La cadena de pizzerías finlandesa no tardó en aprovechar la victoria en el concurso y la impopularidad del político italiano para promocionar la nueva pizza con una agresiva campaña de marketing que incluía frases publicitarias como "Una abuelita de 97 años le dio un mordisco a Berlusconi. Sé como esta anciana" o "Un ministro de dio un corte a Berlusconi. Usted también puede".