Ya es oficial, Íñigo Onieva y Tamara Falcó se dieron ayer el sí quiero, en una ceremonia cuyo menú estuvo diseñado por Eneko Atxa, el chef favorito de Onieva, al frente del restaurante con tres estrellas Michelín Azurmendi, donde la pareja también celebró el cumpleaños de la madre del ahora esposo de la Marquesa de Griñón.
Para esta ocasión recurrieron a ENEKO Bodas, Eventos y Catering, proyecto paralelo diseñado para cubrir este tipo de celebraciones y que fusiona la cocina del chef con otras propuestas que complementan el menú y que forman parte del cóctel y otros momentos, y trabaja bajo los estándares que exigen estos eventos y momentos.
Para esta ocasión, y con la supervisión previa de Falcó, ganadora de MasterChef Celebrity, Atxa tuvo la suerte de preparar de principio a fin lo que comerían los 400 invitados a la boda que tuvo lugar en el palacio de El Rincón, pero no lo hizo solo, estuvo acompañado por otros 45 cocineros dedicados exclusivamente a la excelencia de un menú compuesto por 23 platos diferentes entre aperitivos, entrante, principal y postre. De beber, vino de Rioja y, por supuesto, los que firma su hermana, desde la bodega familiar Marqués de Griñón.
No solo fueron los invitados los que estuvieron bien atendidos, también los periodistas y reporteros que aguardaban a la puerta sin perder detalle de las llegadas que se iban sucediendo. Los novios compartieron con ellos también jamón, queso y cerveza.
20 aperitivos, tres platos y un menú
De puertas para adentro la bienvenida estuvo protagoniza por el clásico talo de langosta y flores inspirado en el que también arranca el menú en Azurmendi. Otros bocados fueron repartidos en cuatro estaciones por las que se iba pasando desgustando cada una de las elaboraciones. La de las rosas contenía el néctar de rosas y aroma, la de los bosques el espárrago en texturas y macaron de flores; el lemon grass, otro icónico bocado que forma parte de la estación Picnic del tres estrellas; y por último la estación del mar, con mucho finger food protagonizado por el erizo en texturas, nori y caviar, nigiris, sardina bilbaína, salmonete, txipirón Pelayo.
Una vez en la mesa dieron paso a los platos del menú principal, que comenzó por las quisquillas y esencia de hierbas y siguió por el pichón asado, trufa, ñoqui de idiazabal y estofado de trigo, un plato de caza en homenaje al fallecido padre de Tamara, Marqués de Griñón. De postre, chocolate regado con aceite de la almazara de Marqués de Griñón.