El restaurante del chef Chema de Isidro, La Cascada de la Raspa, ubicado en el pequeño pueblo de Trillo (Guadalajara), ha despertado esta mañana totalmente vandalizado. En torno a las 8:20h un compañero del equipo acudió a la puerta del establecimiento para abrir el negocio, como otros días, y se topó con la desagradable sorpresa, según ha contado Santiago Abad, jefe de cocina del local, a Cocinillas. "Estaba todo destrozado", lamentaba Abad al otro lado del teléfono.
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Los asaltantes se llevaron el contenido de la caja registradora, "unos 450€", y parte del género del restaurante, como "chuletones y entrecots", además de robar los paquetes de tabaco de la máquina de cigarrillos. También revolvieron papeles, botellas y diversos objetos del local, que esparcieron por el suelo indiscriminadamente.
Todo apunta a que los atracadores accedieron por una de las puertas después de intentar forzar otra de las entradas sin éxito. La alarma de seguridad fue arrancada y lanzada al suelo, por lo que no se detectó ningún aviso de robo, aunque en estos momentos el restaurante está en contacto con la empresa de seguridad para tratar de acceder al contenido de las cámaras de vídeo.
Esta acción violenta contra La Cascada de la Raspa llega después de que Chema denunciase ayer al periódico EL MUNDO el acoso constante que estaba recibiendo por parte de algunos vecinos de Trillo. Un acoso que, al parecer, se debe al carácter solidario del restaurante, el cual lleva a cabo un proyecto social para contratar como camareros a jóvenes en riesgo de exclusión. Tal y como explica Santiago Abad, los vecinos rechazan a los chavales porque los consideran "delincuentes" y piensan que van a robarles.
La incitativa parte de la ONG Gastronomía Solidaria, de Chema de Isidro, quien en 15 años ha ayudado a 4.000 jóvenes con problemas gracias a la hostelería. Su propuesta desembarcó en Trillo el pasado marzo y desde el principio hubo conflictos. "Amenazas, insultos, lanzar el dinero al suelo a los camareros...", recuerda el jefe de cocina. Incluso algunos clientes no querían que les atendiera una camarera por su color de piel, según ha contado Abad. No obstante, pese al odio y el rechazo, los camareros no sienten ningún miedo, pues están acostumbrados a pasar por situaciones difíciles: "No les asusta porque ellos han vivido en la calle".
Por su parte, el Ayuntamiento de Trillo ya ha publicado un comunicado en el que expresa su "profundo malestar tras las fuertes declaraciones vertidas por el sr. Chema de Isidro en el diario El Mundo" y advierten que no van a "tolerar ninguna difamación ni falta de respeto" hacia los vecinos "sin ningún tipo de prueba", por lo que están estudiando emprender acciones legales contra el chef. Además, en este mismo texto acusan al restaurante de encontrarse en "situación irregular" por "impagos al Consistorio desde el primer día de funcionamiento".
Por ahora, Chema, Santiago y el resto de su equipo están esperando la llegada del cerrajero para reparar la puerta dañada y volver a la normalidad cuanto antes. De hecho, Abad asegura que mañana mismo piensan reabrir y "estar al pie del cañón": "No van a poder con nosotros, nos tendrán que sacar con los pies por delante". Sin embargo, no les queda mucho tiempo en Trillo: el 3 de octubre cerrarán y marcharán a otro lugar. La idea inicial era quedarse 5 años, pero dadas las circunstancias han considerado que lo mejor es moverse a otro sitio. Aun así, están convencidos de que la situación no va a mejorar y creen que la agresión de hoy no será la última. "Esto va a seguir", ha concluido Santiago con tristeza.