La localidad cántabra de Ambrosero acogió el pasado miércoles 26 de julio la segunda edición del Campeonato Mundial de Comedores de Sobaos, un certamen donde los participantes compiten para consumir la mayor cantidad de este dulce en sólo ocho minutos. Este año se presentaron 30 concursantes de diferentes puntos de España y todos ellos intentaron batir el récord del ganador del año anterior: diez sobaos en ocho minutos. 

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El cartagenero Valentín Carrasco Ferrer fue quien consiguió superar la marca del antiguo vencedor, el madrileño Anier Gozálvez, coronándose como Campeón Absoluto. Su victoria fue bastante holgada, tras comer nada más y nada menos que 16 sobaos en ese tiempo, un total de más de dos kilos y medio de peso. El segundo ganador también ha trasbasado el récord del año pasado, pero sólo con 11 sobaos. 

No es la primera vez que Carrasco se enfrenta a este tipo de retos; el murciano posee  larga experiencia en el mundo de los campeonatos gastronómicos. De hecho, uno de sus últimos desafíos fue un concurso de ingerir fartons en Xàtiva. Además, es famoso en las redes sociales por su canal de YouTube, donde publica vídeos de sus retos virales con comida. "Vengo a comerme el mundo", puede leerse en su biografía de Instagram.

El campeón del concurso, Valentín Carrasco, con su premio.

Los participantes comieron de pie y contaron con agua y leche ilimitadas. La prueba constó de una única ronda eliminatoria dividida en dos tandas, cada una con 15 participantes. El ganador se llevó, además del reconocimiento, un premio de 1.000 euros. El segundo clasificado fue obsequiado con 500 euros y el tercero, con 300 euros. También se entregaron 100 euros al mejor clasificado de Cantabria, a la primera mujer y al primero de Bárcena de Cicero.

El Campeonato Mundial de Comedores de Sobaos se ha celebrado este 2023 por segunda vez y está organizado por el dueño de un obrador local de sobaos (Sobaos Escojo), Carlos Cobo, que quiere internacionalizar el concurso para el próximo año 2024. El certamen también vivió algún momento de tensión cuando uno de los participantes tuvo que ser trasladado al hospital por una indigestión, ya que llevaba un día sin comer. De todos modos, la cita ha servido para volver poner en el mapa el producto local y la leche de Cantabria, tal y como se ha destacado durante el evento, en el que se regalaron sobaos a los asistentes.