Vaya, vaya, aquí sí hay playa, la de La Punta, en Sitges, a la que casi se encarama Pic Nic, el restaurante insignia del grupo hostelero Matas Arnalot que rinde culto al producto mediterráneo con una cocina marinera actualizada en una postal que enmarca la Costa del Garraf, rodeada de Mediterráneo.
Una suerte de sitio, en el número 73 del Paseo de la Ribera, que invita a quedarse sin estar pendiente del reloj, desde el aperitivo hasta que caiga el sol. Un pequeño oasis que se aleja del bullicio de Barcelona (mucho mejor si se visita en fechas alternativas a la temporada alta), con el pueblo de Sitges a sus espaldas, sus icónicas casitas blancas y su espíritu modernista. Brisa, buena mesa y mejor ambiente en un destino que es desde hace años un secreto a voces y que enamora una y otra vez cuando se pasea por sus calles.
De chiringuito de bebidas a referente marinero
La historia de Pic Nic se remonta al año 1955 cuando la familia Matas Arnalot se hiciera cargo de la gestión de la prestigiosa Horchatería Valenciana, en pie desde 1931, rebautizándolo como Pic Nic tras tomar como referencia la película de mismo título que en 1955 arrasaba en las carteleras, con uno de los primeros papeles de Kim Novak y William Holden.
Tras casi 70 años de vida, y tras haber comenzado como un lugar en el que se ofrecían refrigerios, Pic Nic es un consolidado clásico referente en Sitges por su cocina marinera y mediterránea basada den arroces y pescados de lonja, a los que acompañan carnes premium, en una carta capitaneada por el chef Javier Luque y su sous-chef Kata Golodnikova.
Desde el desayuno hasta la cena
Dividido en tres espacios diferenciados, en Pic Nic se puede disfrutar desde el desayuno hasta pasada la cena, con un cóctel como broche final hasta que el reloj marque las 3:00 AM. El restaurante ofrece una carta tan tradicional como contemporánea con un ticket medio de 60 €; el bar Tapes, algo más clásico e informal, cuenta con platos y tapas de toda la vida y para todos los bolsillos. Y no hay que olvidarse del Pique Nique, un pequeño rincón para el relax con mesas majas y sofás en la zona de detrás, desde el que también se percibe el magnetismo del Mediterráneo y se puede disfrutar, bajo un cielo estrellado, de una interesante propuesta de cócteles y combinados, como el clásico gin tonic que preparan con la ginebra Gin Pao Sitges, que se elabora en esta ciudad costera catalana.
Sentados a la mesa, llega el momento de zarpar. La carta cambia dos veces al año y es caprichosa con la temporada, y esta que acaba traía exquisitos entrantes como sus sardinas marinadas con crema de aceite de eneldo, rabanitos encurtidos, yogurt y calabaza o los dados de atún con escabeche de zanahoria y calabaza. Dos demostraciones que llevan la esencia mediterránea impregnada en su ADN. Las croquetas caseras de pescado y marisco son otro de sus fuertes.
Además de las ensaladas que entran dentro de las sugerencias del chef, bordan recetas de la zona con el pescado como protagonista que también merece la pena tener en cuenta. El rodaballo al romesco con almejas y mejillones y el suquet de rape salvaje con gambas, almejas y mejillones, ambos del Delta del Ebro, son dos ejemplos.
Pero si algo dan que hablar son sus arroces, tanto los clásicos como los más creativos, siempre siguiendo el hilo de las recetas tradicionales. Algo alejados de los que estilan más secos, pero con un torrente de sabor, están el suculento arroz de pulpitos y alcachofas - que conservan para contar con ella la temporada entera- y el de bacalao y zamburiñas. Sugerencias que abren paso a una más otoñal, como el de cerdo ibérico con ceps y trompetas de la muerte. Cuentan con opciones para celiacos y para los más pequeños porque la familia Matas Arnalot piensa en todos.
Todo queda en Sitges
El desembarco del grupo hostelero en la ciudad costera catalana llegó antes de Pic Nic. Fue Miquel Matas quién echó el ancla en 1947 al hacerse cargo de la gestión y dirección del Hotel Terramar Palace (ahora Hotel Subur), considerado el primer hotel turístico de España por su apertura en 1916. Matas llegó con la experiencia y el reconocimiento del sector tras entrar como ayudante en el café Suizo de la Plaza Real de Barcelona en 1908, para adquirirlo en 1932 y conducirlo por una época de esplendor. El salto lo da conducido por la decadencia de la Plaza Real y tener que cerrar el local, sentando los cimientos de un legado familiar que alcanza ya su 4.ª generación y que ha sido ejemplo de esfuerzo y hospitalidad.
En 1955 nace Pic Nic con Josep M.ª Matas Barceló, segunda generación y en 1977, el mítico Hotel Los Pinos que se convirtió en el actual Subur Marítim (donde se encuentra el restaurante Cau del Vinyet). Más de 100 años de servicio en los que también han añadido a su porfolio Cau del Vinyet, Sports Bar, el primer bar que une restauración con temática deportiva en España, y al que suman Sofía by Pic Nic.
En todos esos pequeños detalles que el grupo Matas Arnalot sabe cuidar -el cariño, la calidad y la hospitalidad-, está el lujo. Un lujo relajado y sin pretensiones que pasa por paseos a la orilla del mar, la buena mesa y el mejor ambiente, tan solo a 40 minutos de Barcelona.