Este 6 de diciembre se estrena en España la película Wonka, basada en la historia personal del protagonista de Charlie y la fábrica de chocolate. Sabemos que a muchos y muchas se les hará la boca agua viendo en la gran pantalla cómo se fabrican diferentes tipos de tabletas, bombones y otras delicias chocolateadas, así que desde Cocinillas hemos querido recomendar algunos de los mejores lugares de España para los fanáticos del cacao.
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La empresa Escapada Rural ha realizado una selección de sitios donde puedes hacer una escapada para conocer pequeños pueblos españoles a través de una visita a sus fábricas y tiendas de chocolate. Un plan perfecto que incluye gastronomía y turismo rural, y que te permite conocer lugares alejados al mismo tiempo que disfrutas de dulces de alta calidad.
"El aroma del chocolate flotando en el aire te acompañará mientras descubres el encanto de estos pueblos. Estas fábricas despiertan los sentidos y hacen realidad el sueño dorado de Willy Wonka", declara Judith Monmany, responsable de comunicación de la plataforma especialista en turismo rural.
1. Chocolate Jolonch (Lleida)
¿Quién imaginaría que en un pequeño pueblo de Lleida se encontraría una de las fábricas de chocolates en funcionamiento más antiguas de España? Desde 1770, Chocolate Jolonch produce chocolates artesanos en Agramunt, siendo su especialidad el típico a la piedra. A día de hoy, todavía se utilizan los métodos tradicionales de elaboración, los cuales pueden verse visitando su obrador que, según los propietarios, es un verdadero museo.
Para completar la experiencia, en el pueblo se pueden visitar lugares como la Iglesia de Santa María, la casa consistorial y antigua cárcel y la Plaça Mercadal. Además, podéis alojaros en la encantadora Cal Viladot. El alojamiento cuenta con una impresionante sala-comedor en la que se encuentra la biblioteca particular del anterior propietario, el artista Guillem Viladot.
2. Kaitxo (Vizkaia)
La fábrica de chocolate Kaitxo nace de la pasión por los chocolates gourmet de una de sus fundadoras. Creada en 2017, la marca familiar se dedica a elaborar cafés y chocolates. Estos últimos proceden del cacao tratado en excelentes condiciones y sus productos son desarrollados a través de un proceso del haba a la tableta. Según señalan en su página web, esta es "una técnica artesanal que pretende potenciar al máximo el sabor del cacao".
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El obrador está situado en Balmaseda, una encantadora villa de poco más de 7.600 habitantes con un rico patrimonio cultural. Prueba de ello son la iglesia de San Severino y el templo gótico de San Juan. Además, si eres un amante de la naturaleza puedes realizar un recorrido hasta la cumbre del Kolitza, uno de los cinco montes bocineros de Bizkaia.
3. Chocolate Brescó (Huesca)
En el año de 1836, la familia Brescó-Escolà decidió comprar una parte del segundo convento escolapio de Benabarre para ser sede de la chocolatería Brescó. Aquí fue donde se inició una larga tradición familiar de maestros chocolateros, donde, hoy en día, se siguen produciendo chocolates de calidad.
En el centro del pueblo oscense, junto a la iglesia, se puede visitar el Museo Obrador del s. XVIII, situado en la casa Brescó, donde se puede ver cómo se elaboraba el chocolate siglos atrás. Además, podemos completar la visita callejeando por Benabarre, donde descubriremos una coqueta villa de época medieval, vigilada por su castillo gótico.
Y para que la experiencia sea inolvidable, podemos disfrutar de unos días tranquilos de descanso en la Casa Rural Benabarre L'Era. El alojamiento dispone de 9 plazas y cuenta con jardín, terraza, chimenea y mucho más. Durante la estancia podremos visitar lugares como las bodegas de D.O. Somontano, Graus o Roda de Isábena.
4. Museo del chocolate de Astorga (León)
No podemos hablar de las fábricas de chocolate en España sin mencionar al municipio de Astorga. La elaboración de este dulce fue una de las principales industrias del pueblo y de la región entre los siglos del XVIII al XX. Dada la importancia que este tipo de producción tenía en la zona, se crearon diferentes empresas que tenían como principal objetivo publicitar y comercializar el producto.
Toda esta historia se puede descubrir en el Museo del chocolate de Astorga, situado en un precioso palacete que fue la casa, almacén y obrador del chocolatero astorgano Magín Rubio.