La Navidad está a la vuelta de la esquina y con ello la agenda se llena de planes que sin un frío excesivo, calientan el alma, saben a chocolate con churros y lucen tan bien como las flores de pascua. Experiencias a pie de pista y otras en la ciudad para disfrutar de los días que vienen.
Los Alpes suizos en Madrid
La Navideña regresa a la madrileña Plaza de España por tercer año y con ella (y su pista de hielo) una apetecible oferta gastronómica. La estrella: El Alpino, el restaurante gourmet interior con el chef Javier Muñoz-Calero al frente, cuya decoración y platos teletransportan a los Alpes suizos. La cocina del chef de Ovillo, donde apuesta por el producto, la honestidad y la sostenibilidad, viajará de forma temporal hasta esta acogedora estampa navideña.
Consomé ibérico
Hasta el 17 de diciembre, como marca la tradición, es tiempo de consomé Joselito. Una iniciativa de la empresa familiar de Guijuelo que viene celebrando desde hace años con fines solidarios. En la tienda Joselito's de Madrid, en el número 30 de la calle Velázquez, se podrá disfrutar de su consomé elaborado con los huesos de jamón Joselito, cien por cien natural, cuyos beneficios se donarán al comedor social La Hermandad del Refugio y a la Fundación Esther Koplowitz para su Comida de Navidad.
Como novedad, este año se han unido tres restaurantes madrileños con su particular versión del consomé Joselito: Triciclo (Calle Santa María, 28) y su consomé Joselito con ravioli de papada ibérica, txangurro, vino de Jerez y trufa; Varra Fina (Calle Hermosilla, 7) y su consomé Joselito, cardo, grelos y castañas y Tripea (Mercado de Vallehermoso) con su consomé Wonton Joselito con gamba blanca, manitas y caviar.
Además, el mismo 17 de diciembre en Joselito’s Velázquez, a partir de las 11 h, desde su mostrador se ofrecerán vasitos (2€) y botellas (1/2 litro 4€ y 1 litro 8€) de consomé, como también sucede cada año.
Arte y gastronomía, 2 en 1
Los quebraderos de cabeza ya han comenzado pensando en qué regalar esta Navidad. Por suerte, la creatividad no entiende de límites y siempre hay nuevas opciones con las que triunfar a gusto de todos. Eso sí, a la hora de escoger el vino habrá que decantarse por Renoir, Kirchner o Sisley, los artistas cuyos óleos decoran las botellas que ofrece la tienda del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Seis etiquetas para seis tintos de bodegas tan conocidas y solventes como Emilio Moro, Arzuaga, Finca Villacreces, Marqués de Murrieta, Bodegas Bilbaínas y CM de Matarromera.
Además de estos vinos escogidos por enólogos en las bodegas más prestigiosas de España, dentro del catálogo de 'DelicaThyssen' se pueden encontrar otros productos que muestran 'el sabor del arte'. Entre ellos, la lata con el surtido navideño estampada con los nenúfares de Monet. También accesorios para vestir la mesa, como el mantel de lino con las Malvarrosas de Frieseke.
No hay invierno sin Beso
Acostumbrado a recorrer idílicas playas mediterráneas, Beso ha cambiado el mar por la montaña y se ha instalado en Sierra Nevada para ser el place to be del après-ski y ofrecer una propuesta gastronómica de primer nivel.
Con una panorámica espectacular del año que ocupa la que es la estación de esquí más meridional de Europa, a pie de pistas y a 3 minutos del telesilla, cuenta con dos terrazas exteriores, además de su acogedor interior, donde disfrutar de su cocina vasca y mediterránea. Pensados para la montaña, parrilla y cuchara, en la carta se presentan platos que apuestan por una materia prima de calidad, sin nombres extravagantes: desde un buen rodaballo, un arroz con carrillera, o una tabla de quesos, para rematar. En su speakeasy dedicado a la coctelería esperan unas copas o su club abierto hasta la 01:00 A.M.