Oasis culinarios que cautivan con sus exquisitas ofertas, convirtiendo la compra de alimentos casi en una experiencia sensorial, las tiendas gourmet no solo ofrecen productos de alta calidad, sino también un viaje apasionante a través de sabores, aromas y texturas únicas, en conjunto, de culturas. Destinos irresistibles para los amantes de la buena cocina y los placeres gastronómicos, son un maravilloso punto de apoyo para llenar la cesta de la compra estos días y deleitar a todos en la mesa. Estas son algunas direcciones de confianza. 

Petramora

La fachada de Petramora respeta el aspecto del local donde se aloja

La calle Barquillo luce más bonita (y sabrosa) desde que Petramora se instaló recientemente en el local del número cuarenta. Un maravilloso punto de encuentro al que acudir - además de a por los menús diarios que firman Olivia te cuida y el chef con estrella Michelin Jordi Vilá- a por previsiones cuando su tienda online no se presenta como opción. Esta alternativa es la ideal para todo aquel que le guste ver, tocar y oler más allá de la esfera digital. 

En sus vitrinas y neveras conviven productos que proceden de pequeños y medianos productores con los que colaboran dando salida a sus alimentos de calidad y mimada estacionalidad, con otros que viajan directamente desde su finca la Dehesa de la Guadaña, en Zamora, como sus quesos de oveja -acaban de sumar otras cuatro nuevas referencias recién salidas de su quesería Labadía a sus aclamados yogures y l- y sus carnes de ternera. No acaba aquí: también disponen de embutidos, aceites, conservas y una selección de vinos propia con Denominación de Origen que hace tiempo forman parte de la familia.  

Son fantásticos sus meal kits confeccionados con grandes ideas para que cocinar te lleve el mínimo esfuerzo, algo que en estas fechas es de agradecer, como el de su masa de pizza de la que todo el mundo habla maravillas. 

Rooftop Smokehouse

Rooftop Smokedhouse

El ahumador de Rooftop Smokehouse ocupa lo que fue la Fábrica Lehmann. Aquella chimenea que escupía el humo de las cabezas de cerámica de las muñecas que se fabricaban, ahora deja escapar el de la trucha, salmón, mantequilla, pastrami y otros productos que Buster Turner y su equipo ahuman desde el obrador. Todo comenzó con experimentos en su azotea, hasta que tuvo que buscar un espacio adecuado para dar rienda suelta a su imaginación, desde que se instaló en ese patio ha llovido mucho pero el final de la historia se resume con la palabra éxito.

Distribuyen online y también a través de otros comercios gourmet, pero hace poco más de seis meses estrenaban su tienda oficial, una de la que cuesta salir, con suelos hidraúlicos originales y un interiorismo que recuerda a un coqueto y recogido salón inglés. Allí se puede obtener el salmón salvaje que traen desde Alaska, el único con el que se sienten cómodos trabajando; también la trucha que se ha ganado el respeto de cocineros como Dani García o los triestrellados del restaurante Disfrutar

Doña Tomasa

Los mostradores de Doña Tomasa

Con tres locales en Madrid y dos en Cantabria, Doña Tomasa es uno de los sitios a los que peregrinar cuando se está en busca de productos selectos, auténticos y de calidad excepcional. El proyecto nace en Santoña, paraíso de conserveras, y se nutre de la experiencia y asesoramiento de cinco generaciones de profesionales pescaderos y conserveros, donde su mayor valor fue, y será, respetar y cuidar los procesos originales y tradicionales. 

Así con ello, su catálogo de productos alberga desde sus anchoas del Cantábrico capturadas en temporada de costera, famosas por ser bajas en sal y muy limpias, y otras conservas del mar, donde el número uno es su bonito del Norte. También cuentan con encurtidos, quesos y embutidos, una selecta bodega en la que encontrar un amplio abanico de referencias para cada momento. Y también le dan al dulce, su gama de turrones premium nunca falla, al igual que su esponjoso panettone de chocolate elaborado en la tierruca. 

Ultramarinos Pope 

Pope, el ultramarinos que revoluciona el barrio valenciano del Pla del Real con sus cocas, embutidos y menú del día

Al local con el que ya contaba Ultramarinos Pope en Corts Valencianes 4, se suma el del barrio del Pla del Real, que cuenta con Vicente Castillo, tercera generación que estuvo al frente de Mantequerías Castillo, un icónico colmado que abría sus puertas en 1916 y las cerraba tras la pandemia. 

Es Juan Sancho, al frente del negocio que integran ambos establecimientos, quien ha situado Ultramarinos Pope en el punto de mira de aquellos que buscan productos delicatessen, entre ellos la despensa que componen sus cocas, embutidos, latas y quesos desde la Charcu de Pope, que despacha Castillo. Aprovechando la visita para hacer la compra, no es de extrañar que caiga alguno de los bocadillos de jamón a por los que la gente peregrina para llevarse después a Mestalla. 

El Almacén de Estraperlo

El Almacén y el Astrónomo, 2 en 1

Sergio Mendoza ha optado por la practicidad de su 'mini imperio' en el barrio valenciano de Patraix y ha fusionado dos de sus negocios estrella en Jeroni Munyós en uno para llegar a más gente y mejor, y no morir en el intento. De aquel Almacén de Patraix que llenó la calle de buen gusto hace tres años y el Astrónomo, el coqueto restaurante que abrió en 2015 donde se acudía a 'esmorzar' y alguna cosa más, ha nacido el Almacén de Estraperlo, un espacio que funciona como restaurante y a su vez colmado. "El almacén es la despensa abierta del restaurante, era importante también compartir equipo. Se complementan muy bien" cuenta el joven empresario. 

Los productos de El Almacén

Cambia el espacio, pero no la filosofía: sigue contando con sus productores de confianza, como las conservas de Eutimio en Lastres, Vermut, Mistela o Cremaet (licor para el café que elaboran en casa) a granel; mieles y mermeladas de Xaló, velas de L'abella Mel, chocolates de Utopic, productos de Rooftop Smokehouse, cacau del collaret tipicos de sus almuerzos que recuperan lo de Ca Climent y otras sorpresas más. Todos ellos encajan perfectamente en cajitas que el cliente puede confeccionar a su gusto para (auto) regalo. 

SUPER by DOT

Super by Dot

DOT Café abrían hace cuatro años su local con el que trajeron aire fresco (con aroma a latte) al madrileño barrio de la Chopera. Su bikini se convirtió en uno de los aclamados y los pequeños productores y obradores con los que trabajaban tardaron poco tiempo en darse a conocer. Pero esa puesta en valor necesitaba un espacio donde brillar con luz propia, es por eso, que María y Ros, al frente del proyecto abrieron SUPER by DOT en el local colindante. 

Esta despensa donde caben conservas, vinos naturales, café de especialidad, tés, pasta, cerveza artesana, salsas, cerámica, libros, chocolates, refrescos naturales, pastas, salsas, dulces y mucho más -hasta caprichos para el cuidado personal- no va de Madrid al cielo, pero sí que llega a toda la península cuando los pedidos se hacen a través de su página web, con los que superan los 50 € el envío es gratuito.