Carlos de la Fuente, el enólogo de Montecastro, tiene muy claro el vino que quiere hacer en esta bodega de Castrillo de Duero, en Valladolid; y también, el qué quiere hacer a 22 kilómetros de ahí, en Pesquera de Duero, donde igualmente ejerce de enólogo. En esta ocasión en la reconocida bodega Hacienda Monasterio. Dos perfiles diferentes, pero dos estilos de vino muy serios. El saber jugar con los suelos y la exposición al sol de los viñedos. Dos bodegas, dos estilos, y una misma denominación de origen.
Detrás de ambas firmas hay un empresario jerezano, Carlos del Río González-Gordon, de la familia de los propietarios de González Byass. Le ofrecieron comprar la mayoría de Montecastro en 2014, y como él ya sabía muy bien de que iba el negocio, porque llevaba desde 1991 triunfando con Hacienda Monasterio, aceptó la apuesta.
La idea de Montecastro surge en el año 2000, de un grupo de inversores entre los que había algunos directivos del entonces entorno del diario El Mundo, y personajes famosos como Julio Iglesias; así que su arranque tuvo una potente repercusión mediática. Con el enólogo francés Bertrand Erhard a la cabeza, la trayectoria de Montecastro fue muy razonable y funcionaba.
Fue la época en que al mundo del vino en general y a Ribera del Duero en particular, acudían a invertir gentes de toda procedencia, distinta a la del vino. Unos buenos tiempos que terminaron con la crisis que empezó en 2008, y que llegó al mundo del vino unos años después. Los de Montecastro no iban mal, pero comprendieron que este negocio no era el suyo, y aunque seguirían en la firma, le vendieron la mayoría a Carlos del Río.
También le vino de cara al empresario jerezano la bodega Hacienda Monasterio. Su origen es una empresa danesa que viene con intención de invertir en Ribera del Duero, en el año 1991. Bien asesorados, eligen una finca espectacular de 70 hectáreas, que posteriormente se ampliaría, situada en ladera entre los pueblos de Pesquera y Valbuena. Construyen la bodega y se traen como enólogo a un joven danés que ha estudiado en Burdeos y que accede venirse a la aventura española. Su nombre es Peter Sisseck, que con el tiempo se convertiría en uno de los enólogos más famosos de España y con repercusión a nivel mundial.
Sorprendentemente en poco tiempo la empresa danesa se disuelve, y es cuando aparece Carlos del Río con un grupo de socios, y la compran. Preguntan al enólogo danés si le interesa seguir al frente de la elaboración, y Sisseck dice que sí; incluso monta su propia vivienda en la bodega. Junto a él, el enólogo Carlos de la Fuente, conformando un equipo imbatible que sitúa enseguida a Hacienda Monasterio entre lo más alto del ranking, no sólo de Ribera, sino de los tintos de todo el país, y para arriba.
Este equipo se traslada a Montecastro y sacan su primera elaboración propia en 2015. Desde entonces la trayectoria es de una fiabilidad absoluta, año tras año. De la Fuente cuenta con 27 hectáreas repartidas en varias parcelas distintas en torno a Castrillo y utiliza, junto a la variedad tempranillo, algo de la cabernet sauvignon.
En estos momentos tienen dos vinos en el mercado y su objetivo es combinar la casta de la zona con la elegancia. Por una parte, está Montecastro Cosecha 2021 con un 95% de tempranillo y un 5% de cabernet, con una crianza de 18 meses en barrica. Presenta una nariz donde domina la fruta, sobre todo cerezas, así como recuerdos balsámicos de eucalipto y regaliz. En boca es potente, carnoso, con esa casta que busca, pero a la vez sedoso y de buen equilibrio. P.V.P. 22 euros.