El rey emérito Juan Carlos (86 años) lleva unos días disfrutando en Sanxenxo, mientras entrena para la regata que tiene lugar este fin de semana. Al monarca se le pudo ver a última hora de la tarde de ayer saliendo a cenar junto a su amigo Pedro Campos (74), Cristina Franze, mujer de este, la infanta Elena (60) y dos personas más.
El restaurante elegido ha sido la marisquería Ribadomar, en Cambados, donde les estaban esperando los dueños del negocio, con los que han mantenido una conversación distendida. Se trata de un conocido restaurante familiar que sirve pescados y mariscos extraídos de la Ría de Arousa.
En la página web del local de cambados se puede leer que se trata de "un establecimiento de alto standing que bien merece el calificativo de remanso de paz". Entre el marisco de las recomendaciones 'de la casa' destacan el arroz con bogavante, las vieiras al horno o la cazuela de zamburiñas junto a la que fue la opción elegida por Juan Carlos I, el salpicón de lumbrigante.
Salpicón de lumbrigante y Albariño
Era la primera vez que un miembro de la casa real se sentaba a la mesa de esta marisquería de Cambados. Les atendió Manolo Ribadomar, propietario y chef del restaurante, que, según publica La Voz de Galicia, confesó que estaba algo nervioso.
"Cenaron poco", apunta el cocinero gallego, "No querían nada de la carta, me preguntaron a mí". Este les recomendó la especialidad de la casa: el salpicón de lumbrigante que acompañaron con otro plato de marisco y un postre.
La visita del Rey Emérito causó un gran revuelo entre curiosos y clientes. Tanto Juan Carlos I como la infanta Elena se mostraron amables en todo momento, saludaron al personal y posaron tanto en el interior del local como a la salida. Además, asegura el medio gallego que el emérito no se fue de vacío, "se llevó una caja de vino Rías Baixas que le regaló uno de los clientes del restaurante".
El vino Albariño es el "príncipe dorado" de las tierras del valle del Salnés. La marisquería Ribadomar presume, y la clientela lo confirma, de tener en su bodega, además del afamado Albariño, una extensa variedad de reservas y cavas tanto locales como nacionales.
Menú para todos los gustos
El restaurante Ribadomar abrió sus puertas en 1988 y, desde su apertura, cuenta con clientes incondicionales gracias a sus especialidades de mariscos y pescados provenientes de la ría y por la relación calidad-precio.
Además de estas especialidades 'a la carta', la marisquería ofrece cuatro tipos diferentes de menú para dos personas: el 'menú Peregrino', por 35 euros, que incluye croquetas caseras, vieiras gratinadas y un pescado a elegir entre lubina y merluza; el 'menú Ruta do Vino' con zamburiñas en su concha, pulpo a Feira y un segundo a elegir entre rodaballo con almejas, lenguado con zamburiñas o chuletón.
Los amantes del arroz también tienen opción de elegir entre dos menús. Uno, que incluye croquetas caseras, vieiras al horno y arroz con mariscos. O, la otra opción, que con tortilla de gambas, almejas a la marinera y arroz de cigalas. Todas las opciones incluyen postre y las bebidas van aparte.