"Que la Mila te acompañe", puede leerse en una de las paredes del nuevo restaurante que acaba de abrir en Valencia. Está en el número 39 de la calle Conde Altea, en pleno centro de la ciudad, y pretende rendir culto a una de las recetas más famosas y queridas de la gastronomía argentina, como sugiere esa frase en luces de neón que decora el local. 

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"Nacemos tras la necesidad que vimos acá, en España, de generar un espacio diferente", cuentan Roberto Furchi y Andrea Sblano, propietarios y socios de este nuevo establecimiento. Ambos llegaron a la capital del Túria hace sólo un año y medio y, a los pocos meses, el proyecto comenzó a tomar forma en su mente. "Había un boom de negocios de empanadas, pero nadie estaba centrado en hacer la mejor milanesa, entre tantas recetas más que hay en Argentina", apostillan. 

Así surgió Mila, un restaurante especializado en el rey de los platos argentinos: la milanesa. En el proceso de apertura han estado acompañados de Tandem Gastronómico, el servicio de asesoramiento de los chefs argentinos Germán Carrizo y Carito Lourenço, lo cual les confiere un extra de calidad y un mayor conocimiento de la cocina del país del mate. 

Como decimos, la milanesa es el plato estrella de la carta de Mila, la cual sirven de cuatro 'carnes' diferentes (de ternera, de pechuga o muslo de pollo, de cerdo Duroc, o de berenjena, para las dietas vegetarianas). Cualquiera de ellas puede cocinarse en hasta cinco recetas distintas a elegir: la Fugazzeta (14€), con cebolla pochada, queso y orégano; la Napolitana (13,50€), con salsa italiana de tomate, jamón y queso; la Mila de Mila (15,50€), con pimientos asados, tomate, albahaca y parmesano; la 4 Quesos (14,50€), con mozzarela, havarti, cabra y un poco de queso azul; y, finalmente, la Trufada (16,90€), con una deliciosa bechamel de trufa negra. 

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Este clásico de la carta de Mila puede acompañarse de otras recetas tradicionales modernizadas, como el choribao (su versión asiática del famoso choripán, con chimichurri); las croquetas de asado o sus empanadas de pollo o de ternera. Además, también cuentan con platos como el rodaballo, el entrecot de vaca argentina o los raviolis de ricota y espinacas. 

En los postres, el dulce de leche es el protagonista indiscutible, como no podía ser de otra forma. Lo sirven con flan de huevo, con creppes o con tarta de queso. Para los que renieguen de este producto (¡pobres insensatos!), Mila se compadece ofreciéndoles como alternativa su tarta de la semana, que cambia cada siete días. 

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En cuanto al "drinking", como ellos lo llaman, cuentan con blancos y tintos españoles y argentinos, además de otros tragos. Como detalle curioso, Mila dispone de una cámara instantánea en la sala para que los clientes se fotografíen y formen parte de su propio 'Wall of Fame'. Tremendo quilombo, ¿no creéis?