Si hay un plato que es emblema de la costa malagueña, más que el ajoblanco o la porra, es, sin duda, el espeto. Los pescados ensartados en el espeto que da nombre al plato y asados a la brasa son parte del paisaje de las playas de la Costa del Sol.
Aunque pueden prepararse con otros pescados, lo más popular es hacerlo con sardinas, una ración por espeto y asadas enteras, con cabeza y todo. Ahora en verano, cuando este pescado de la familia de los Clupeidos está en temporada, el espeto resulta un verdadero manjar que se puede degustar en todos los chiringuitos de las playas malagueñas.
El espeto tradicional, consistente en una caña tallada a modo de pincho en la que se ensarta el pescado para asarlo, se conoce desde la época de los fenicios, una tradición continuada por romanos y árabes que ha llegado hasta nuestros días.
Un concurso para elegir el mejor espeto
Hacer buenos espetos es todo un arte y, desde hace años, el Círculo de Empresarios de Torremolinos organiza el Concurso de Espetos que este año ha celebrado su décima edición. Se trata de una cita que ya es un clásico en los veranos malagueños que este 2024 tuvo lugar el pasado 3 de agosto.
En esta décima convocatoria participaban 20 espeteros profesionales cuyos espetos fueron evaluados y puntuados por un jurado de expertos en gastronomía. De él formaban parte Pablo Sánchez y Pablo Vega, de Los Marinos José (Fuengirola) y Ménade (Vélez-Málaga), Sebastián Martín, de Chinchín Puerto (Caleta de Vélez), Genoveva Farragust, de la Academia Gastronómica de Málaga, Pedro González, periodista de COPE, Miguel Avisbal, de Bodegas Barbadillo, y Nacho Sandoval, director de Saboreando la Vida.
Los expertos gastrónomos han tenido en cuenta distintos aspectos como la cocción homogénea, la correcta textura del pescado, el sabor y la forma de presentarlo.
Un chiringuito con 60 años de historia
Tras la deliberación, el jurado ha distinguido la labor del espetero Alfonso Marín del chiringuito Los Leones, un restaurante situado sobre la playa en el Paseo Marítimo de la Carihuela. Cuenta con más de 60 años de historia a lo largo de los cuales han cocinado en él cuatro generaciones de la misma familia y es el segundo año que se corona como el chiringuito con los mejores espetos de la Costa del Sol.
Su especialidad son los pescados y mariscos cocinados no solo a la brasa, sino también frito y cocido. En su carta, aparte de múltiples opciones con estos productos del mar, cuenta también con un apartado de carnes con propuestas sencillas, pero suficientes para satisfacer a aquellos que no quieran saber nada de pescados; un apartado de platos algo más exóticos, como pulpo con guacamole, o porra de mango, o langostinos al curry con arroz blanco; y, además, alguna opción vegetariana como las berenjenas con patatas y cebolla.
Por encargo, es posible degustar algunos arroces y paellas, fideuá y otro de los platos más típicos de la cocina malagueña, el gazpachuelo, que es un delicioso guiso marinero de pescados.