La emblemática Chocolatería San Ginés, fundada en Madrid en 1894 y famosa por sus churros y chocolate, ha dado un paso significativo en su expansión internacional al abrir un nuevo local en Lisboa, en el popular barrio de Cais do Sodré, junto al río Tajo. Esta apertura marca un nuevo capítulo en la historia de la churrería más icónica de España, que ya cuenta con locales en países como México, Japón y Estados Unidos.
Sin embargo, este aterrizaje en tierras lusas presenta un reto interesante: adaptarse al gusto local, donde las porras, llamadas “farturas” en portugués, son las favoritas.
Un encuentro de tradiciones
A diferencia de los tradicionales churros españoles, la gastronomía portuguesa ha preferido históricamente las porras, más grandes y esponjosas, que en Portugal son también un clásico de festividades y ferias. Sin embargo, lo que marca una diferencia clave es que, en el país vecino, los churros tienden a tener un toque más dulce: se rellenan de chocolate o dulce de leche y se espolvorean con azúcar y canela. En contraposición, la receta de San Ginés ofrece un churro más salado, cuya combinación perfecta con el chocolate ha cautivado a generaciones de madrileños y visitantes internacionales.
Rúben Russo, jefe de cocina en Lisboa, destaca que esta receta española está ganando popularidad rápidamente entre los locales. “El público luso se ha adaptado bastante bien”, afirma Russo, quien supervisa el proceso culinario de la churrería con el mismo rigor que en la sede madrileña. Para el empresario Hilario Caballero García Vaquero, socio en Lisboa, mantener la autenticidad de la receta es clave para su éxito. Al fin y al cabo, la historia de San Ginés, que comenzó sirviendo churros a los madrileños después del teatro, es parte de su atractivo.
La churrería y el mercado luso
El local de Lisboa, con una estética que recuerda al de Madrid, está logrando atraer tanto a turistas como a locales. Si bien el público extranjero fue predominante durante el verano, la vuelta de los residentes a la ciudad ha consolidado el éxito del negocio. No obstante, San Ginés ha hecho ciertos ajustes al menú para adaptarse mejor al mercado local, incluyendo la posibilidad de disfrutar las porras con cervezas o copas en una terraza exclusiva.
La particular debilidad de los portugueses por las porras quedó evidente en el testimonio de José Caiado, un visitante frecuente del local, que confesó preferirlas sobre los churros, especialmente acompañadas de chocolate o simplemente con azúcar. Este detalle es clave para entender el éxito de San Ginés en Lisboa: las porras se han convertido en las reinas del menú, quizás debido a su tamaño generoso y textura más suave.
Un fenómeno de expansión gastronómica
La llegada de San Ginés a Lisboa podría generar un fenómeno similar al que ocurrió con los famosos pasteles de nata, que en sus inicios solo se vendían en Belém y que ahora se han extendido más allá de las fronteras de Portugal, llegando incluso a España. Lo que parece evidente es que el producto de la churrería madrileña tiene todas las características para conquistar también al exigente paladar luso.
Más allá del tradicional churro con chocolate, que ya se está convirtiendo en una opción habitual para las meriendas lisboetas, San Ginés trae una oferta que trasciende lo gastronómico: es una parte de la historia de Madrid que se integra en el cotidiano lisboeta. Los selfies de los turistas frente al local son ya un ritual en Madrid, y ahora, seguramente, lo serán también en Cais do Sodré.
Con su llegada a Lisboa, la Chocolatería San Ginés no solo amplía su presencia internacional, sino que también da un paso importante en el intercambio cultural a través de la gastronomía. Al ofrecer a los portugueses una versión ligeramente distinta de un clásico español, logra crear un puente entre dos tradiciones, donde la dulzura y la historia se mezclan en cada bocado de churro o porra.