El chef Jordi Artal, conocido por sus dos estrellas Michelin en el barcelonés Cinc Sentits, acaba de trasladar su particular enfoque de la cocina catalana al Time Out Market Barcelona. Allí ha inaugurado un nuevo establecimiento bajo el nombre de Sentit Comú que gira en torno a la tradición catalana, con platos que celebran los sabores locales y de temporada, pero con ese toque moderno y refinado que ya inició en 2004 con su primer restaurante.
Cada creación de la carta (que es corta, con sólo 14 platos muy acertados) refleja la pasión de Artal por los ingredientes frescos, cuidadosamente seleccionados de proveedores locales, así como su técnica culinaria impecable, lo que convierte a este espacio en un destino imperdible para los amantes de la buena gastronomía.
El nombre del restaurante, que en catalán significa "sentido común", es una declaración de principios: platos honestos, bien pensados y elaborados con esmero. Así, los comensales pueden encontrar interpretaciones contemporáneas de clásicos catalanes como la esqueixada de bacalao, un plato fresco y ligero a base de bacalao desalado, o el emblemático suquet de peix, un guiso tradicional de pescado y marisco que Artal transforma en una obra maestra culinaria con sabores profundos y equilibrados. Y, por supuesto, la mítica receta de canelones de su abuela.
Además de platos más tradicionales, Sentit Comú también ofrece opciones más creativas e innovadoras que reflejan la versatilidad y el talento del chef, así como alguno de los platos de su dos estrellas, como el gazpacho con sorbete de tomate (que pronto desaparecerá de la carta por cambio de temporada).
Por otra parte, las tapas, otro punto fuerte del menú, son ideales para compartir, y permiten a los comensales disfrutar de una amplia variedad de sabores. Entre ellas destacan las croquetas de jamón ibérico, crujientes por fuera y cremosas por dentro, o el tartar de atún rojo, una delicia fresca y ligera que combina perfectamente con el ambiente moderno y animado del mercado.
En definitiva, Sentit Comú no solo ofrece una comida excepcional, sino también una experiencia gastronómica accesible (se puede comer primero, segundo y postres por un precio medio de 30 euros) en uno de los espacios más icónicos de la Ciudad Condal, elevando la oferta culinaria del lugar con su enfoque en la calidad, la tradición y la creatividad.