La depresión es uno de los grandes males de nuestra época. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una de las enfermedades más frecuentes, afectando a más del 3,8% de la población. En España la padece un 4,1% de las personas (5,9% mujeres y 2,3% hombres), tal y como muestra este informe de 2020 realizado por el Ministerio de Sanidad.

Saliha Mahmood-Ahmed, chef y médica especializada en Gastroenterología, asegura en su último libro, Foodology, que "parece probable que un alimento que afecte positivamente a nuestro intestino también pueda afectar positivamente a nuestro estado mental".

No quiere pecar de optimista y afirmar cosas como si comes esto, no te sentirás deprimido; "no existe una varita mágica", advierte, pero sí que hay evidencias científicas de que "nuestro microbioma afecta a nuestros estados mentales hasta cierto punto". En este sentido, la experta señala dos alimentos "clave en la guerra contra la depresión" que deberíamos tener muy presentes en nuestra dieta. 

Pescado graso y fibra, dos alimentos esenciales para el ánimo

Pescado graso. iStock

Mahmood-Ahmed revela que el pescado graso y la fibra son dos de los productos que pueden ayudar a mejorar el estado anímico. En el caso del pescado graso se debe a la presencia de Omega-3, un ácido graso esencial que abunda en productos como el atún, la caballa, el salmón o las sardinas.

"Parece que ejercen un efecto sobre el microbioma al ayudar a cultivar las bacterias intestinales que producen butirato (el ácido graso de cadena corta que ayuda a nutrir y alimentar las células que recubren la pared del colon, reduciendo la inflamación y el posible 'intestino permeable'"), explica en su texto. Según sus indicaciones, lo ideal es incluir al menos una ración de 140 g de pescado graso a la semana

Frutos secos y semillas. iStock

Por otra parte, la fibra dietética, presente en los cereales integrales, los frutos secos, las semillas, las frutas y las verduras, "también parecen ejercer un efecto positivo en el estado de ánimo de las personas". "La razón más probable es su poder probiótico, ya que alimenta y nutre las bacterias intestinales 'buenas', fomentando la producción de butirato', detalla la médica.

Asimismo, agrega que los alimentos probióticos como el yogur vivo, el kéfir, el chucrut y el queso, también pueden tener efectos beneficiosos sobre los estados de ánimo bajos, pues, según investigaciones, aquellos "roedores a los que se administraron probióticos mostraron cambios positivos en varias regiones del cerebro". Por tanto, según concluye, "podemos deducir que es muy probable que la alteración de la microbiota intestinal de una persona tenga un efecto directo sobre su función cerebral de forma observable"