"Madrid es una de las ciudades que lideran la coctelería mundial" coinciden bartenders tanto locales como extranjeros. En unos días la capital acogerá la gala de The World's 50 Best Bars, una cita que reafirma el gran momento que está viviendo, y que de momento ha posicionado en su lista a la coctelería Angelita en el número 65.

Como antesala, tres nuevos establecimientos que guardan historias diferentes pero las mismas ganas de brillar y conseguir que disfrutemos de cada trago. 

Cheequitín Cocktail Bar (Calle de Hartzenbusch, 14)

Marwan y Peter tras la barra de Cheequitin Cocktail Bar.

No todos los emprendimientos tienen inversores o mecenas detrás. Estos amigos que se hacen hueco en el barrio de Chamberí recuerdan lo duro que ha sido llegar hasta allí. Peter Maliszewsk, copropietario de Cheequitin Cocktail Bar, mitad malagueño mitad estadounidense regresó a su país de origen para trabajar sin descanso durante dos meses y volver a España con 13.000€ euros, tal y relata su amigo y otra mitad del proyecto, Marwan Chagouri Bakkou. Con algún préstamo más reunieron lo suficiente para hacer realidad esta pequeña coctelería de grandes aspiraciones.

"Aquí a las 4 de la tarde suena Bebo Cigala y Julio Iglesias" asegura Maliszewsk cuando se le pregunta por la banda sonora que acompaña al local. El artista de habla hispana más exitoso de la historia es musa en un llamado a convertirse templo de la coctelería con un concepto basado en cócteles acompañados por tapas. Tragos y bocados en pequeño formato a través de ocho clásicos y nuevas creaciones. La propuesta la completan champán por botella, además de un vino blanco y vino tinto, sin nombre "porque iremos cambiando". 

Desde un Negroni muy especial, a un Navegante (a base de Brandy St-Rémy VSOP, Rye Whiskey, Carpano Bianco y Tepache Cordial) que sirve con gilda, también especial, todo sale de su pequeña barra y cocina, tan diminuta como el resto del local, recogido y acogedor. Allí cada centímetro está medido y las tareas, para que no dañen la amistad, se reparten por igual: "Para que veas si somos amigos, que me ha dejado medio plátano". De momento, con diferentes horarios, abren todos los días. 

La Analógica (Calle de Las Huertas, 65)

El equipo de La Analógica.

La analógica se ha mudado de barrio. De estar escondida en el interior de un restaurante de Malasaña a ocupar el front line de la calle Huertas. Para esta nueva etapa, David y Nick, detrás del proyecto, han apostado por un concepto en la línea del anterior pero más evolucionado y pulido para ofrecer una experiencia de mayor calidad.

Nick viene de EE. UU. industria musical y a su llegada a Madrid abrió La Analógica donde unió sus tres pasiones: música, fotografía y coctelería. Haciendo justicia a su nombre, allí todo es analógico: "cosas que yo escaneo, reveló y edito”. Dos altavoces cuelgan del espacio, pero "les aseguro que no se van a caer".  Nick disfruta poniendo "un vinilo que nunca va a sonar igual y escuchar sus sonidos y cracks, lo mismo pienso de la coctelería con recetas e ingredientes con la magia de que las cosas cambias con la temporada".

Un sentimiento compartido por David Guerrero, jefe de barra, quien capitanea la propuesta de los 18 cócteles de autor, cada uno referenciando a una canción. Cierra el triángulo la bartender Camila Soares. "En la analógica buscamos el sabor más que hacer un cóctel a base de ginebra vodka o ron. Llevar la creatividad a puro sabor y usar el alcohol como vehículo" manifiesta el madrileño.

Devil's Cut Madrid (Calle del León, 3)

Shingo Gokan en la barra de Devil's Cut Madrid.

También en el epicentro de la coctelería que se ha convertido El Barrio de Las Letras se encuentra el nuevo y primer bar de Europa de Shingo Gokan, icono mundial de la cocteleríaSituado en la Calle del León 3, este espacio ofrece una propuesta única que fusiona la coctelería innovadora y la gastronomía japonesa con un toque español, todo bajo la supervisión de Gokan, considerado uno de los nombres más influyentes en la industria mundial.

El concepto de Devil’s Cut gira en torno a la transformación: de ángel a demonio, un reflejo del propio viaje de Gokan, quien comenzó su carrera en Angel’s Share, el mítico bar de Nueva York. Este recorrido vital se plasma en una carta de coctelería dividida en tres etapas. Los “Angel’s Classics” incluyen cócteles icónicos de la década de los 2000, mientras que los favoritos de sus bares en Tokio, Shanghái y Hong Kong se encuentran en la segunda sección. Finalmente, los “Devil’s Signatures” son creaciones exclusivas para Madrid, en las que Gokan destaca por el uso del jerez, una de sus grandes pasiones.

La influencia de España en su trayectoria no es casual. Hace más de una década, Gokan descubrió los vinos de Jerez, un producto que ha marcado su estilo desde entonces y que le ha llevado a ganar prestigiosos concursos de coctelería. Este legado se refleja también en la propuesta gastronómica de Devil’s Cut, desarrollada junto al chef Atsushi Furukawa, donde las tapas Izakaya japonesas se reinventan con ingredientes españoles.