Nápoles, ciudad conocida por su cocina tan auténtica como sus caóticas calles, existe una 'joya' culinaria que representa su intensidad y grandeza: la frittatina, un plato popularmente apodado 'cubo de basura' que encarna el espíritu de aprovechamiento que caracteriza la gastronomía napolitana. Más que una simple receta, esta preparación es una celebración del ingenio y la creatividad de una cocina donde nada se desperdicia.
La frittatina, como muchos platos icónicos de la comida callejera napolitana, nació en las cocinas modestas de hogares que no podían permitirse desechar nada. A partir de sobras de espaguetis, se agrega bechamel, se le da forma compacta y se fríe, obteniendo un bocado dorado y crujiente por fuera, mientras que el interior revela una mezcla de pasta que aún mantiene el sabor de los ingredientes del día anterior.
Tan contudente como divertida, con un aspecto similar al de una croqueta gigante, la frittatina pronto se consolidó como un favorito en los puestos callejeros de Nápoles y es hoy día interpretada por referentes gastronómicos de la ciudad.
La ‘frittatina’ elevada a la categoría gourmet
Uno de los nombres que ha dado una vuelta a la receta es el chef Diego Vitagliano, una figura emergente en la escena de la gastronomía napolitana y galardonado en el prestigioso ranking de 50 Top Pizza 2023.
Vitagliano, además de ser un maestro en la elaboración de pizzas, con su creatividad y talento ha logrado realzar el estatus de la humilde frittatina, llevándola de las calles a las mesas de su restaurante en una versión revisada que conserva la esencia de la receta tradicional, pero con una refinada presentación y texturas mejoradas.
Bajo el nombre frittatina aglio e olio croccante, Vitagliano transforma la receta añadiendo espaguetis aglio e olio —una mezcla de ajo, aceite de oliva virgen extra, guindilla y perejil— como relleno. Una genialidad para combatir con el desperdicio de comida que, sorprendentemente, está bastante rica.
Y es que a este núcleo lleno de sabor, se le añade una capa exterior con un toque muy especial, sello de la casa Vitagliano: una mezcla crujiente de pan rallado, cereales y frutos secos, tales como avellanas, almendras, pistachos y nueces, ingredientes que suelen ser parte de la sobremesa navideña italiana y que él integra para enriquecer la textura del plato.
La alquimia de una receta de sobras
Esta versión de la frittatina no solo es una 'bombita' de sabor y contundencia, sino que también representa un doble acto de aprovechamiento: reutiliza tanto los espaguetis sobrantes como los frutos secos que suelen quedar en los hogares tras las celebraciones de Navidad. Así, la receta de Vitagliano combina la cocina de aprovechamiento con un enfoque innovador, aportando sabores intensos y una explosión de texturas en cada bocado.
El resultado es un plato que tiene la capacidad de cautivar a cualquiera y que pocos conocen más allá de la ciudad custodiada por el Vesubio: el crujiente exterior, fruto de la mezcla de frutos secos, crea un contraste perfecto con la suavidad de la bechamel y la pasta al dente en su interior, aportando además un toque dulce y salado, con reminiscencias de la cocina festiva italiana. La receta captura la esencia misma de Nápoles, una ciudad donde la inventiva culinaria transforma la sencillez en alta cocina.