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Núñez de Prado es un rincón sagrado para los amantes de la gastronomía y la historia del aceite de oliva. Este enclave, en el pueblo cordobés de Baena, con más de doscientos años de existencia, es uno de los exponentes más notables de la cultura oleícola de Andalucía.

Visitar esta almazara no es solo una cita obligada para los que buscan los sabores auténticos de la región; es una puerta abierta a la historia, a la tradición y al apasionante arte de producir aceite de oliva en uno de los rincones más antiguos y prestigiosos del Mediterráneo.

Tradición y técnica 

La Almazara Núñez de Prado es propiedad de una familia que lleva siete generaciones dedicadas a la producción de aceite de oliva. En sus 700 hectáreas de olivar, que cobijan más de 94,000 olivos, se cultiva la materia prima de un aceite de calidad única, respaldado por la Denominación de Origen Baena.

Almazara Núñez de Prado.

La filosofía de la familia Núñez de Prado ha sido desde sus inicios mantener un delicado equilibrio entre el respeto por el medioambiente, las técnicas artesanales y las innovaciones que, con el paso del tiempo, han contribuido a perfeccionar su proceso de elaboración sin alterar la esencia del producto.

En el centro de la almazara, un histórico molino de rulos de granito, que todavía se utiliza para prensar las aceitunas, se erige como símbolo de la herencia viva de este lugar. Esta maquinaria, que sigue en uso después de siglos, permite que el proceso conserve una autenticidad única, impregnando cada gota de aceite de una personalidad ligada directamente a la tradición de la región.

El aceite de la almazara Núñez de Prado.

Aún hoy, el ambiente se llena del característico aroma de la aceituna recién prensada, una experiencia multisensorial que transporta a los visitantes a épocas donde la elaboración del aceite era un arte sagrado.

Un espacio donde el tiempo se detiene

La almazara principal es una edificación del siglo XVIII, un edificio que en su origen fue una casa de labor de dos plantas y que fue adquirida por el fundador de la familia al Duque de Baena. Este lugar de muros gruesos y patios andaluces es una auténtica cápsula del tiempo. En su interior, las bodegas guardan enormes tinajas que datan de 1795, donde el aceite reposa en un entorno que parece no haber cambiado en siglos.

Aquí, la historia no es solo un recuerdo: es parte activa del proceso. Los visitantes pueden recorrer este edificio impregnado de memoria y conocer cada paso que lleva a transformar las aceitunas en el preciado oro líquido. Cada rincón invita a conocer la conexión entre el pasado y el presente, una armonía lograda con esmero en un proceso que sigue técnicas ancestrales y, a la vez, incorpora modernas herramientas para garantizar una calidad insuperable.

Un viaje completo a la cultura del aceite

Núñez de Prado no solo ofrece un producto final de calidad excepcional; también brinda una experiencia turística que permite a los visitantes sumergirse de lleno en la cultura del aceite. El recorrido incluye visitas guiadas por la almazara y los olivares, donde se explica en detalle cada etapa del proceso de producción.

Además, las catas de aceite son un elemento clave de esta visita, ofreciendo a los asistentes la oportunidad de degustar el aceite en su estado más puro, de forma que cada uno pueda apreciar los matices de sabor y aroma que lo convierten en un producto único.

El patio de la almazara.

Para completar esta inmersión en la tradición andaluza, se organizan desayunos y almuerzos “molineros” en antiguos salones decorados con un estilo que respeta la esencia histórica del lugar. Estos espacios, en su momento estancias de uso agrícola, se han transformado en escenarios donde se puede degustar la gastronomía típica de la región, desde pan y aceite hasta otros productos locales que realzan la experiencia y permiten disfrutar del auténtico sabor de Andalucía.

Una joya de la cultura oleícola a la que todos pueden acceder

La Almazara Núñez de Prado es consciente del valor cultural de sus instalaciones y de la importancia de compartirlo. Por ello, las visitas a la almazara son gratuitas, ofreciendo así un acceso abierto a todos aquellos que deseen conocer de cerca esta joya de la tradición oleícola. Asimismo, las visitas a los olivares y las catas de aceite, por un módico precio, permiten profundizar aún más en este viaje sensorial y cultural.