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Cuando la cosa va de descubrir y disfrutar buenos vinos, antes de descorchar la botella se debe tener en cuenta donde se va a servir. A menudo, se cae en el error de elegir una determinada copa para un determinado tipo de uva que acaba teniendo un impacto negativo en tanto en su olor como su sabor. 

Si ponemos atención en el champagne, donde el formato y forma de las copas han evolucionado —de ser bajas y anchas han pasado a ser altas y estrechas—, hay que tener en cuenta que las buenas copas serán aquellas que potencian sus aromas y dejen que su efervescencia fluya libre

Así lo cree Silvia García Guijarro, jefa de sumillería del Hotel Mandarin Oriental Ritz, quien recomienda empezar por saber qué tipo de champán vas a beber: "El champagne es un vino espumoso y esto significa es que al igual que los vinos tranquilos tiene diferentes características organolépticas en función de sus uvas, crianza, por lo tanto, requiere diferentes copas en función de lo que necesite".

El Champagnebar del Hotel Mandarin Oriental Ritz.

Es más, "el diseño de las copas está subordinado a la funcionalidad, pero siempre deben estar sujetos a criterios técnicos que favorezcan la mejor expresión del vino espumoso", añade Guijarro.

"En el caso del vino espumoso, la forma de la copa influye en el desprendimiento del gas dióxido de carbono y también el de los aromas. Una mayor capacidad y diámetro hace que el CO2 sea demasiado intenso y prácticamente solo podamos sentir el picor que produce en nuestra nariz en vez de los aromas que desprende" explica la sumiller, a quien preguntamos por los diferentes tipos que existen y cuál es el más adecuado. 

Copa pompadour y copa flauta.

"La primera copa que se nos viene a la cabeza es la copa Pompadour. Quizá sea la más icónica, su nombre procede de Madame du Pompadour, amante del rey de Francia Luis XV" apunta referenciando a la que durante muchos años ha sido la copa de preferencia con la que disfrutar del champagne. "Esta copa se caracteriza por ser muy abierta, lo que permite beber con mayor rapidez, aunque técnicamente no es la más apropiada y esto tiene que ver con los conceptos fisicoquímicos del CO2".

"La Pompadour, conserva durante menos tiempo el gas en relación con las copas flauta, la segunda copa más usada y habitual hasta nuestros días". En este caso, Guijarro se refiere al modelo recto, estrecho y alargado, que a pesar de que haya sido la preferencia durante mucho tiempo, no resulta la más adecuada, ya que "su diseño retrasa la pérdida del gas y orienta el flujo del vino hacia la parte de atrás de la lengua, donde mejor se realza la acidez" que preferiríamos encontrar de "manera más integrada y armoniosa". Si bien es cierto, puntualiza, "su tallo alargado y fino cumple una función práctica y es evitar tocar el cáliz y que calentemos el vino". 

Dicho esto, "la tendencia debería ser buscar un perfil de copa no tan abiertas o no tan cerrado". Y con este perfil encontramos los estilos de copas de tulipa (Zalto Champan, Josephine nº4, Schott Zwiesel Premium Bar Special) para champanes más jóvenes y frescos o en las familias de copas de vino blanco (Zalto Universal, Josephine nº3, Schott Zwiesel Finesse) para champanes con algo de crianza y más expresivos.

Vidrio vs cristal 

No solo influye el diseño, también el material escogido para su fabricación. "El vidrio estándar o cristal tiene una diferencia principal entre sí y es el grosor. El vidrio estándar necesita de un mayor grosor para su durabilidad, mientras que el cristal puede ser más delgado", explica Guijarro.

La sumiller se decanta por un cristal fino, es decir, "copas con un grosor de la pared de entre 0,6 y 0,9 mm, que ayudan a mantener la temperatura óptima del champagne durante más tiempo y la sensación de no peso junto con la textura que crean en los labios ayuda a que la experiencia sea mucho más extraordinaria".

Errores que debes evitar con tus copas de champán

Algunos de los errores que cometemos y 'ensucian' nuestra experiencia con la copa pasan por lavarla de manera incorrecta. "Una copa limpia y sin restos de cal, jabón, fibras de trapo o arañazos garantiza que las burbujas se eleven de manera elegante y que los matices aromáticos se desplieguen adecuadamente".

Por esta razón, a la hora de lavar nuestras copas en el lavavajillas debemos tener en cuenta los siguientes puntos que indica la sumiller:

- Cuando introduzcas las copas en el lavavajillas, asegúrate de dejar suficiente espacio entre ellas para evitar que choquen entre sí.

- El abrillantador debe estar dosificado correctamente en la cantidad adecuada.

- El sistema de descalcificación de agua del lavavajillas debe ajustarse a la dureza de tu agua doméstica y debe corresponder a un valor de aproximadamente 3 - 4 grados de dureza alemana (°dH).

- Selecciona un programa de temperatura baja (50 – 55°C). Enjuagar previamente a mano los objetos sucios si vas a lavar tus copas con platos y cazuelas, ya que los residuos de alimentos pueden afectar negativamente a nuestras copas, pueden producirse reacciones químicas y acelerar el proceso de formación de manchas blancas en el cristal.

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