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Pasando las hojas del calendario hemos llegado a diciembre y eso solo puede significar una cosa: ¡ya llega la Navidad! Con la cuenta atrás comienzan también los preparativos anuales que causan tanto estrés como emoción, así que no es precipitado ir tachando cosas de la lista de tareas para que luego no nos pille el toro. ¿Por qué no empezar con el turrón?

Puede que seas de los que espera hasta última hora, por aquello de que 'se vaya a poner malo', pero es posible que hasta ahora no contaras con esta información. Lo cierto es que cada uno compra el turrón cuando le va bien. "Depende mucho de las tradiciones de cada familia", indica Beatriz Ferrer Mira, cuarta generación al frente de La Campana, obrador que desde noviembre ya despliega un amplio surtido de turrones y polvorones en sus escaparates. 

No es cosa de un día, desde que abrieran en 1890 han apostado por la más alta calidad de sus elaboraciones a partir de la mejor materia prima disponible en el mercado. Ubicado en el número 36 de la calle Princesa, en Barcelona, elaboran turrón todo el año y la campaña suele ser siempre estable. "El turrón no lo perdona nadie. Sí que es verdad que el volumen que tenemos ahora no es el de todo el año".

Con el turrón ya hecho, es a partir del puente de diciembre cuando las ventas empiezan a coger otro ritmo. "Acudir a comprarlo antes o después es una decisión personal. Hay gente a la que le gusta venir pronto y lo deja guardadito en la despensa hasta el día de Navidad pero también hay gente a la que le gusta venir a última hora, si tienen ya la ruta hecha de las compras navideñas o si se van a llevar el de yema y lo prefieren recién quemado. Pero el turrón está impecable tanto ahora como dentro de dos semanas". 

"Empezamos cuando tenemos almendra nueva y fabricamos el grueso de la producción, el 15 de diciembre aún seguimos con la elaboración. Lo que sí hacemos diariamente es la yema para que esté recién hecho" indica la repostera acerca de uno de los 10 turrones con los que trabajan, todos tradicionales. En cuanto a su volumen de producción, "no nos gusta hablar de cantidades, no es una referencia, nos importa que salga de buena calidad".

"Nosotros no hacemos turrón con inventos" aseguran desde la Campana donde los que más se venden son los clásicos como el de Jijona o el de yema, "el guirlache para nosotros es un gran desconocido y es espectacular. El punto del sésamo y la almendra con piel tiene un punto que cuando lo das a probar engancha".

"Trabajan dos formatos, el pequeño donde una porción ronda los 70 gramos y el grande es la barra tradicional que llega a los 650 gramos en el caso del de yema". Además, dentro de su surtido navideño, elaboran cuatro tipos de polvorón incluido el que hacen con sal añadida que es novedad este año.

Errores al conservar el turrón 

Si has sido previsor y ya tienes tu turrón, conservarlo correctamente no te va a suponer grandes esfuerzos, basta con encontrar un espacio como la despensa que mantenga una temperatura estable y donde no haya grandes oscilaciones ni de luz ni de calor.  Si hay un radiador cerca, aléjalo, que "a los chocolates o dulces en general no les sienta muy bien". Pero, sobre todo, advierte Ferrer, es muy importante no meterlo en la nevera, no tiene cremas, por lo que no hace falta, tampoco el de yema.

"La mejor es la barriguita de cada uno", bromea. "Es importante cerrarlo correctamente para que no se termine secando, con papel de film va fantástico, pero incluso con una pinza para cerrar la bolsita donde viene empaquetado.

Laura y Beatriz Ferrer Mira, cuarta generación al frente de La Campana.

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