Los churros son uno de los dulces españoles más conocidos del planeta, unos dulces fritos que tienen una forma cilíndrica alargada y una masa crujiente que se deshace con facilidad en la boca. Son especialmente deseados cuando llegan los meses más fríos del año, cuando se consumen junto a una taza de chocolate o café con leche bien caliente.

Lo más habitual es acudir a una churrería en la que podamos disfrutar de estos exquisitos bocados, ya que, aunque podemos prepararlos en nuestra propia casa, resulta complicado poder llegar a conseguir un churro perfecto. Esto nos puede llevar a pensar que el secreto se encuentra en la masa, puesto que los profesionales acostumbran a usar algunos ingredientes que no todo el mundo tiene en su hogar.

Por poner un ejemplo, en el caso de los churros de lazo, es usual que se use harina de fuerza, mientras que, para las porras, otro tipo de churro popular, se emplea una harina a medio camino entre la doméstica y la de panadero. Asimismo, aunque la masa en ambas preparaciones es una mezcla de harina, agua y sal, en las porras es habitual que se añada bicarbonato, masa madre o algún tipo de levadura química.

El motivo científico por el que los churros no salen igual en casa que en la churrería

Aunque la masa y los ingredientes utilizados para su elaboración pueden marcar la diferencia, la realidad es que existe un motivo científico por el que los churros que se tratan de hacer en casa no salen igual que los de la churrería.

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Según la ciencia, todo tiene que ver con la temperatura del aceite, ya que los expertos recalcan que para poder conseguir unos churros perfectos es necesario que esta alcance los 200-220 grados centígrados, y resulta complicado poder llegar a tal temperatura con las sartenes o electrodomésticos caseros. Por lo tanto, a nivel doméstico es prácticamente imposible poder emular la fritura profesional.

Cómo preparar churros en casa

Si pese a no conseguir un resultado idéntico al de una churrería estás pensando en hacer unos sabrosos churros caseros, debes saber que la receta es muy sencilla, si bien hay una serie de consejos y recomendaciones que debes tener muy presentes.

Para su preparación necesitarás 250 gramos de harina de trigo, 250 gramos de agua, una cucharadita de sal (8 gramos), aceite de oliva suave para freír o aceite de girasol y azúcar para espolvorear, además de papel absorbente de cocina y una churrera manual o manga pastelera con boca fina.

Reunidos los ingredientes y elementos necesarios para su elaboración, se debe tamizar la harina en un recipiente hondo y amplio. A continuación, se debe llevar a ebullición una mezcla de agua, aceite y sal, para una vez alcanzado, verter sobre la harina, mezclando hasta conseguir una pasta dura y homogénea. Con ella se rellenará la churrera, y finalmente se fríen con abundante aceite.

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Se trata de una técnica que es muy sencilla de seguir y que, por lo tanto, todo el mundo podrá seguir, si bien, para conseguir unos churros lo más perfectos posible, debes seguir estos consejos:

  • Proporción de agua y harina: la proporción de agua y harina es clave para poder conseguir que la masa de los churros llegue a adquirir una consistencia adecuada. Por norma general, se debe utilizar la misma cantidad de agua que de harina. No obstante, puede variar en función de distintos factores, como la humedad del ambiente, la marca de harina comprada y algunos factores climáticos, por lo que conviene hacer varias pruebas de porciones hasta encontrar la adecuada.
  • ¿Aceite en la masa?: una pregunta habitual es la de si se debe añadir o no aceite a la masa. Al igual que sucede con las proporciones de agua y harina, agregar aceite a la masa es algo opcional. Con su uso se consigue que la masa sea más maleable, siendo en este caso aconsejable usar aceite de oliva virgen extra, añadiendo una cucharada por cada 250 gramos de harina y 250 gramos de agua.
  • La importancia del punto de ebullición: se debe llevar la mezcla de agua, aceite y sal a ebullición, ya que no es suficiente con calentar. Lo mismo sucede con la harina, que debe ser bien tamizada para que escalde al agregar el líquido hirviendo en la misma.
  • Punto de mezclado y amasado: es importante conseguir una masa homogénea para que los churros no se deformen con la fritura. Es aconsejable usar una amasadora mecánica, pero también se puede realizar el proceso a mano. Se debe tratar de obtener una masa lisa y suave, para dejar de amasar en el momento en el que se alcance este punto.
  • Aceite de fritura caliente y abundante: el aceite de la fritura debe estar bien caliente y ser abundante, de manera que los churros puedan flotar en él.
  • Usa aceite de oliva virgen extra: es preferible utilizar aceite de oliva virgen extra, y aunque es más caro que cualquier otra variedad usada tradicionalmente para fritura, ayudará a que este dulce pueda tener un sabor increíble.
  • Proceso de fritura: durante el proceso de fritura, se deben voltear los churros para que se doren por todos sus lados de la misma manera, así como para que la masa se cueza bien en el interior y puedan adquirir esa textura crujiente tan característica.