Las torrijas son uno de los postres más típicos de la Semana Santa en España, un dulce que siempre apetece comer por su exquisito sabor. También conocidas como tostadas o torrejas, datan de la época de los romanos, siendo mencionada una elaboración muy parecida en el siglo I d. C. de la mano del gastrónomo Marcus Gavius Apicius.
Sin embargo, en el siglo XXI llegó una receta mucho más saludable, que es la de prepararlas en la freidora de aire, lo que permite prescindir del aceite y elaborarlas de una manera muy rápida y cómoda.
Gracias a la airfryer puedes mejorar incluso la receta tradicional, al prescindir del aceite para freírlas, que es lo que hace que sean más pesadas y menos sanas. Por lo demás, la receta es muy sencilla y no cambia nada con respecto a la receta tradicional, salvo por el hecho de que, en lugar de freír las torrijas, se introducen durante unos minutos en la freidora de aire.
De esta manera, para su elaboración solo necesitas rebanadas de pan, un cazo de leche caliente con azúcar, un poco de piel de limón y una rama de canela. Una vez que empiece a hervir es el momento de retirar la leche del fuego, para comenzar a untar las rebanadas de pan cuando se enfríe. Tras dejarlo reposar una hora antes de pasar las rebanadas por el huevo batido, para luego introducirlas en la freidora durante 10 minutos a una temperatura de entre 180 y 200 grados centígrados.
El origen de las torrijas de Semana Santa
En el siglo XVII las torrijas eran utilizadas para favorecer la recuperación tras el parto, por aquel entonces acompañadas de una copa de vino. Por ello, al tratarse de un alimento saciante que aportaba energía, pasó a ser incluida dentro de la dieta de Semana Santa y Cuaresma, de forma que conseguía compensar calóricamente a la falta de algunos alimentos durante esta época. Sin embargo, en la actualidad se suele recurrir a otros alimentos para cubrir ese déficit.
Esto también supone que ya no es necesario freírlas y que, por lo tanto, se pueden reducir las calorías, haciendo que sean más sanas. De hecho, son ricas en azúcar, así como en grasa monoinsaturada y poliinsaturada, a lo que hay que sumar que son bajas en colesterol, al no llevar alimentos de origen animal más allá de la leche. También aportan vitaminas y minerales como calcio, potasio, ácido fólico, vitamina A y niacina o vitamina B3.
No obstante, aunque es positivo su consumo desde el punto de vista nutricional, no significa que se puedan comer todas las torrijas que uno quiera, ya que está solo recomendable su consumo ocasional.
Otros dulces típicos de Semana Santa
Además de las torrijas, hay otros dulces típicos de Semana Santa que gozan de una gran popularidad en diferentes regiones de España, entre los que se encuentran los siguientes:
- Mona de Pascua: es un dulce típico de Pascua en algunas regiones de España, especialmente en Valencia y Cataluña. Se trata de un pastel que se elabora con huevos, azúcar, harina, levadura y mantequilla que está decorado con figuras de chocolate y huevos cocidos de colores.
- Rubiols o robiols: estos dulces mallorquines son unas pequeñas empanadas tradicionales que se rellenan de dulce o salado y que son una de las delicias de mayor popularidad en la región. Se elaboran con una masa preparada con harina, agua, manteca de cerdo, anís y azúcar, para luego rellenar como se prefiera, con cabello de ángel, dulce de calabaza, almendra molida, carne picada, queso, etcétera.
- Rosquillas de Semana Santa: las rosquillas son otro de esos dulces típicos que se preparan en muchas regiones de España. Aunque se elaboran rosquillas de anís, rosquillas gallegas de Carnaval, roscos de naranja y otras muchas preparaciones, en esta época del año las más tradicionales son las rosquillas de Semana Santa.
- Pestiños andaluces: son otro de los dulces habituales de estas fechas, un postre típico de Andalucía elaborado con harina, miel, ajonjolí, aceite y anís. Se caracterizan por tener un sabor muy dulce y su textura es crujiente. Se pueden preparar con miel o con azúcar, según se prefiera.
- Buñuelos de Cuaresma: se trata de una deliciosa masa frita que tiene una forma de bola. Aunque se pueden elaborar de maneras muy diversas, los más habituales son los de buñuelos de viento, que se pueden rellenar con chocolate o crema. Sin embargo, en esta época los más tradicionales son los de Cuaresma, en los que la masa se aromatiza con vino dulce, ralladura de naranja y matalahúva o anís en grano.
- Leche frita: es un postre muy típico en el norte del país, una deliciosa masa que se elabora con leche, canela, azúcar, limón y harina. Se fríe y espolvorea con azúcar y canela, todo ello con una textura cremosa y un sabor al que es difícil resistirse.
- Borrachuelos malagueños: este típico dulce de Navidad y Semana Santa con empanadillas rellenas de dulce de cidra o cabello de ángel, que se fríen y son rebozados en azúcar, para luego tomarlos junto a un buen café o cacao caliente.
- Panquemao valenciano: el panquemao es un brioche dulce tradicional de Semana Santa en la Comunidad Valenciana. Se utilizan con la masa e ingredientes que la Mona de Pascua, con la única diferencia que la Mona tiene forma de animal y lleva un huevo cocido y/o figuras de chocolate para adornarla, y en el panquemado es elaborada con forma de pan.