En la cocina contamos con un electrodoméstico que es imprescindible en cualquier hogar, que no es otro que el congelador, lugar en el que conservamos alimentos congelados a una temperatura de -18 grados centígrados aproximadamente, y que hace que se pueda recurrir a ellos en el momento en el que sea necesario.
Su uso nos ofrece la posibilidad de tener un lugar ideal de conservación para tuppers de comida, así como para almacenar carnes frescas, pescados y algunas verduras, pero también para mantener a una temperatura apropiada, helados, pan congelado y diferentes tipos de líquidos.
Dada su importancia en el hogar, es muy utilizado por norma general, pero existe un problema que tiene que ver con el hecho de que en ocasiones se excede el tiempo de conservación de los alimentos. Por este motivo, conviene saber cuál es el tiempo máximo que puedes tener congelada la carne y el pescado antes de que sea peligroso para la salud.
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Esto se debe a que, una vez pasado un periodo de tiempo determinado para cada tipo de alimento, que pueden ser semanas o meses, estos dejan de ser seguros, además de que perderán propiedades, se resecarán e incluso influirá en su textura, sabor y aspecto, motivo por el que es imprescindible tener en cuenta una serie de recomendaciones básicas.
Asimismo, hay que tener en cuenta que la forma de almacenar los alimentos en el congelador es importante y ayudará a que aguanten más tiempo. Es aconsejable congelar los alimentos en bolsas con cierre zip o en su embalaje original sin abrir, para evitar de esta manera que entre aire y se puedan resecar.
De igual forma, una buena idea es la de etiquetar los envases con el tipo de producto, la fecha de congelación y su peso, para ver a simple vista el alimento que se está congelando y el tiempo que lleva en el congelador, de forma que se pueda asegurar que no se supera el tiempo máximo de congelación.
El tiempo máximo de congelación de los alimentos
En los congeladores la temperatura habitual ronda los -18 grados centígrados, salvo que se trate de un congelador industrial o profesional, la cual aumenta temporalmente en los momentos en los que se abre la puerta, ya sea para coger alguno de los alimentos de su interior o para guardar otros nuevos.
Si la temperatura se mantiene sin problemas, existe un tiempo máximo para que se mantengan en buen estado los alimentos, y el tiempo máximo de congelación para cada tipo de alimento es el siguiente:
- Filetes y chuletas de ternera o cerdo: máximo de 6 meses.
- Carne picada, embutido y hamburguesas: máximo 4 meses.
- Pollo troceado o en filetes, se puede conservar en un tiempo máximo de 9 meses.
- Pollo entero: máximo de un año.
- Pescado azul graso, como salmón, boquerón, sardinas, salmonetes, pez espada, atún, caballa y bonito, con un máximo de 3 meses.
- Pescado blanco magro, como lenguado, merluza, rape, bacalao y besugo: máximo de 6 meses congelado.
- Espinas, cabezas y huesos de pescado para caldos y sopas: máximo de 3 meses.
- Crustáceos como gambas y langostinos: máximo 4 meses.
- Calamar y pulpo: conservación máxima de 6 meses.
- Verduras frescas: 10 a 12 meses como máximo.
- Frutas (bayas): periodo máximo de congelación de 10 a 18 meses.
- Frutas (melocotones o peras): máximo de 3 meses.
En cualquier caso, conviene informarse de cada alimento antes de congelarlo, de manera que se pueda conocer en cada caso en particular cuanto tiempo como máximo se podrá mantener en este electrodoméstico sin que afecte a las propiedades del alimento.
Alimentos que no se deben congelar
Por otro lado, hay que tener en cuenta que hay algunos alimentos que no se recomiendan congelar, como sucede con los cangrejos, ensaladas, ostras y huevos crudos con cáscara, ya que algunos de estos alimentos pierden su textura cuando se congelan y luego esta no se recupera, mientras que otros se descomponen con la bajada de temperaturas, siendo complicado de poder aprovecharlos.
De esta manera, para mantener la calidad alimentaria y seguridad en su consumo, conviene tener en cuenta los siguientes alimentos que no deberías introducir en el congelador:
- Huevos en su cáscara: congelar huevos en su cáscara puede provocar la expansión del líquido, lo que puede provocar que la cáscara se rompa, dando origen así al paso de bacterias, además de reducir la calidad del huevo.
- Verduras con alto contenido de agua: las verduras como pepinos, rábanos y lechugas tienden a volverse acuosas y blandas al descongelarse por su elevado contenido en agua, lo que les hace perder su textura fresca y crujiente.
- Frutas enteras con piel gruesa: tampoco se deben congelar frutas como melones, kiwis o cítricos con piel gruesa, ya que también verán cómo se cambian su textura al descongelarse, volviéndose blandas y perdiendo jugosidad y parte de su sabor.
- Productos lácteos con alta humedad: productos lácteos como el yogur o el queso crema tienden a separarse y desarrollar una textura granulada al ser congelados, afectando a su consistencia y calidad.
- Salsas y cremas con base láctea: salsas cremosas o con base láctea como la bechamel se pueden separar y perder su textura cuando se congelan, resultando en una consistencia que no es demasiado apetitosa cuando se descongela.
- Vegetales de hojas verdes frescas: por otro lado, nunca se deben congelar las verduras de hojas verdes como la lechuga o la espinaca, haciendo que se vuelven flácidas y una textura desagradable tras congelarlas y descongelarlas.