Las mandarinas son una de las frutas más sanas y exquisitas, siendo mucho más que un alimento de sabor jugoso y agradable. Se trata de un cítrico que tiene numerosos beneficios para la piel, el cabello y para la salud en general, contribuyendo incluso a hacer frente al aumento de peso y a prevenir el cáncer.
Sin embargo, a la hora de acudir a la frutería, es posible que en ocasiones no se haga una buena elección, lo que se puede solucionar siguiendo un truco con tres pasos que no fallan para disfrutar de las mejores mandarinas.
Los expertos destacan tres elementos a los cuales hay que prestar atención, comenzando por la cáscara, en la que más allá de su aspecto, hay que fijarse en su firmeza. Cuando se presiona la fruta, se debe encontrar un tacto que no sea ni demasiado blando ni muy dura, y además debe ser brillante y con aroma.
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También es importante fijarse en el tamaño y el peso, siendo habitual que las piezas más pesadas y grandes posean en su interior una mayor cantidad de jugo, lo que hace que a su vez sean más dulces y sabrosas.
En tercer lugar, hay que fijarse en su color, comprobando que tenga un tono uniforme y esté libre de manchas o tonos marrones, ya que en este caso será un claro signo de que la fruta está pasada o ha comenzado a secarse. Si predomina el verde, significará que no está lo suficientemente madura.
Tipos de mandarinas
Existen tres tipos de mandarinas a las cuales poder recurrir para incluir esta fruta en la dieta y disfrutar de sus múltiples beneficios. Son las siguientes:
- Satsuma: con una gran resistencia al frío, se cultiva en España, pero es originaria de Japón, concretamente de Satsuma, de ahí su denominación. Una de las razones por la que es la preferida de muchos es porque no suele tener semilla. Se vende tanto entera como para zumo natural.
- Clementina: dentro de las clementinas nos podemos encontrar con cuatro subtipos. Todas ellas suelen estar libres de semillas y tienen una pulpa carnosa, que tiene un sabor dulce e intenso. Son perfectas para zumo y proceden del mandarino común, siendo las más populares de todas las mandarinas.
- Híbridos de mandarino: existen distintos tipos de híbridos de mandarinos, que en este caso se originan por el cruce que resulta entre diferentes especies. Las más populares son la clemenvilla, nardocott y murcott, siendo las dos últimas muy jugosas, dulces y con semillas, mientras que la primera, de color intenso, es habitualmente usada para hacer zumo.
Mandarina, un cítrico con muchos beneficios
La mandarina es un cítrico que está cargado de beneficios para la salud, siendo una excelente fuente de vitamina C que, entre otras cosas, nos ayuda a enfrentarnos a los resfriados propios de los meses de invierno. Aunque no tiene tanta cantidad de esta vitamina como la naranja, sí que aporta una cantidad importante y se acompaña de una mayor presencia de betacaroteno o provitamina A que esta.
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También es una fruta rica en ácido fólico y posee dosis de vitaminas B, sin que hay que olvidar el potasio, un mineral que abunda en las mandarinas y que es necesario para generar y transmitir los impulsos nerviosos, la actividad muscular y el equilibrio hídrico de las células. Igualmente, aporta calcio, magnesio, hierro, zinc y fósforo, así como fibra, que ayuda a prevenir el estreñimiento, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer de colon.
Entre las principales ventajas para la salud del consumo de esta fruta tenemos que destacar las siguientes:
- Contribuye a mejorar las defensas: la mandarina es un alimento perfecto para poder defender el organismo frente a las gripes y los resfriados. Consiguen reforzar el sistema inmunológico y son un gran complemento antioxidante y estimulante de las defensas.
- Combate la anemia: la vitamina C presente en las mandarinas favorece la absorción de hierro que aportan otros alimentos vegetales, además de favorecer la producción de los glóbulos rojos. Por este motivo, se recomienda especialmente su consumo por parte de personas con anemia, que es un problema que se da habitualmente entre las mujeres en edad fértil.
- Refuerza el sistema cardiovascular: al tratarse de una fruta rica en potasio, actúa como un diurético natural, al mismo tiempo que flavonoides como la hesperidina se encargan de la protección de las paredes de los vasos sanguíneos, mientras que la pectina contribuye a reducir el colesterol malo (LDL). De esta forma, ayuda a reducir las posibilidades de sufrir algún tipo de enfermedad cardiovascular.
- Elimina el ácido úrico: su alto contenido en ácido cítrico, potasio y agua producen un efecto diurético que ayuda a favorecer la eliminación del ácido úrico y de sus sales. Además, a ello hay que sumar que alcaliniza la orina e inhibe la aparición de infecciones en las vías urinarias.
Evita el estreñimiento: Se trata de una fuente natural de fibra, la cual contribuye a la estimulación del movimiento intestinal y reducir la absorción de grasas y sustancias tóxicas. - Ayuda a deportistas y embarazadas: la mandarina es rica en vitamina C y el ácido fólico son imprescindibles durante los procesos de división celular de los primeros meses de gestación. Asimismo, su amplia variedad de nutrientes hace que contribuya a la reposición de líquido y minerales tras el ejercicio físico, lo que hace que sea una fruta ideal para deportistas.