¿Te gusta preparar tartas y cupcakes? Entonces seguro que alguna vez te has hecho esta pregunta: ¿Qué hago con el frosting que me ha sobrado?
Y es que claro, al preparar cobertura para tartas o cupcakes en cualquiera de sus variedades como buttercream o frosting de queso, siempre es preferible hacer un poco más de lo que creemos que vamos a necesitar para no quedarnos cortos. Que nos sobre siempre es mejor que que nos falte, y hoy os vamos a enseñar las mejores opciones para utilizar el frosting de más:
– La más sencilla: Cuchara y peli. ¿Qué puede haber mejor que comerse ese buttercream a cucharadas tirados en el sofá mientras vemos “Predator” en la tele por decimonovena vez? Probablemente muchas cosas, sobre todo para mantener la línea. Manda a tu dietista interior a la cama y a disfrutar.
– La más práctica: Congelar. Simplemente méte el frosting en una bolsa de congelados y métela en el congelador para otro día. Asegúrate de trapasarla a la nevera el día antes de usarlo. Opción perfecta para días de empacho por sobredosis de cupcakes o para cuando acabamos hartos de cocinar. Además te ahorrará tiempo la próxima vez que te pongas manos a la obra.
– La más exótica: Con fruta. Corta fruta en trozos y pon una bola de frosting al lado, como si fuera helado. ¡Tiene vitaminas! – ¿Y el azúcar? – ¡Cállate, dietista interior!
– La más pro: Bolas de tarta. ¿No puedes parar de cocinar? Pues haz un bizcocho (o usa uno comprado) destrózalo en migas con las manos y mézclalo con el frosting hasta que puedas hacer bolas con la mezcla. Rebózalas en virutas de chocolate, azúcar o bolitas de colores y ¡tachán! Bolas de tarta. Repártelas a entre amigos y conocidos y deja que te cubran los halagos. ¡Eh! Además al repartir has conseguido minimizar el consumo propio… ¡Tu dietista interior estará dando saltos de alegría!
– Más pro aún: Cake-pops. Como la anterior pero le ponemos un palo y bañamos en chocolate fundido. Después decoramos. ¡Son tan monos…!
– Mi favorita: Ice Cream Sandwich. Pon el frosting entre galletas maría o digestive, mételas en el congelador y ya tienes unos sandwiches helados de vicio preparados en unos pocos segundos. Cómelos diréctamente nada más sacar del congelador, como con cualquier helado.
– Otras opciones son:
- Para mojar frutas (fresas le van de miedo).
- Mojar palitos de pan o galletitas saladas ¡Perfecto para llevar al cole! (ejem, o al trabajo).
- Sustituyendo el helado en brownies, sundaes, batidos…
- Con cereales para desayunar. Lo sé… tengo un problema.
- Derretido en el microondas lo podemos usar como salsa sobre brownies u otros postres. Esta opción funciona muy bien con los frosting de chocolate pero ni se os ocurra si lleva queso (puajj..)
- ¿He dicho ya la opción de comerlo a cucharadas?
Espero que os hayan servido estas opciones. Y vosotros, ¿cómo usáis el frosting que os sobra?
Noticias relacionadas
- Crepes de té matcha con papaya y chips de coco, postre ligero y saludable
- Pasteles de arroz de Bilbao, un clásico que no falla nunca
- The Kitchen Masters, 17 propuestas gastronómicas gratuitas para lo que queda de octubre
- Cómo preparar los diferentes tipos de tarta de queso: recetas y pasos a seguir para un resultado extraordinario