No sé si a vosotros os pasa, pero a mí hasta hace algún tiempo, siempre que organizaba una reunión de amigos en casa, el tema de los vasos y las copas era una locura. Nos juntábamos seis y, a la hora de recoger, había más de 20 vasos y copas repartidos por toda la casa. Y es normal, los invitados se sirven bebida, se mueven, dejan los vasos aquí y allá, pero luego nadie sabe cuál es el suyo, entonces cogen otro vaso limpio… y así hasta que se junta una buena colección de vasos para fregar.
Pues bien, todo esto es evitable. La solución la encontré un día buscando cositas en tiendas on-line de cacharros de cocina y se llaman Marca Copas. Ni qué decir tiene que me pareció un invento fabuloso, pero me pareció carísimo, así que enseguida me puse manos a la obra para ver lo que se podía hacer con cosas que tenía por casa que me permitieran marcar vasos y copas para evitarme fregoteos innesarios en la siguiente cena que diera en casa.
A mí se me han ocurrido varias opciones:
- En el caso de los vasos de tubo a la hora de tomar copas, cubatas y demás todos tenemos claro que un buen paquete de pajitas de todos los colores que encontremos será una forma muy eficaz de no confundir las copas.
- Cuando se trata de vasos o copas de agua, vino o cerveza, unas cuantas hebras de hilo o lana o de cintas de las que se usan para regalos de distintos colores atadas al pie de la copa o el vaso.
- Y por último, si se trata de una cena más formal, en la que los colorines no encajarían con la decoración de la mesa, una forma de marcar las copas es etiquetarlas con el nombre de cada comensal. Para ello bastará con un trocito de papel de un color a juego con el mantel o con la vajilla en el que anotaremos el nombre de cada comensal y lo ataremos al pie del vaso o la copa con un trozo de hilo.
Como veis son métodos muy sencillos y baratos que, aparte de dar un toque de distinción a nuestras mesas, nos ahorrarán trabajo a la hora de recoger después.
Así que no sé vosotros, pero yo desde luego, no pienso fregar ni un vaso de más ;-).