Aunque la llegada de la crisis ha hecho que nos lo pensemos más antes de tirar cosas a la basura, y con eso la producción de residuos urbanos -así es como se le llaman a los residuos procedentes de las basuras que se generan en el hogar- ha descendido en casi 100 kg por habitante al año, pasando de ser uno de los países europeos que más basura generaban a ser uno de los que menos producen en la actualidad, lo cierto es que seguimos siendo uno de los países europeos que menos reciclamos y que peor gestionamos la basura doméstica.
A veces por falta de ganas, otras por falta de espacio en la cocina para tener varios cubos, otras porque los contenedores especiales nos obligan a caminar 10 pasos más para tirar la basura, es fácil acabar echando todos nuestros desperdicios al mismo cubo y cuando bajamos a tirarlos, los echamos en el contenedor que primero nos cruzamos.
Cómo reciclar la basura doméstica correctamente
La clasificación más básica que podemos hacer de la basura que se genera en los hogares es separar los residuos orgánicos de los inorgánicos. Aunque lo óptimo es separar también la basura inorgánica según su naturaleza, papel y cartón, vidrio y un tercer grupo formado por plásticos y metales.
Aunque en los contenedores suele estar indicado para qué es cada uno, no está de más recordarlo rápidamente.
Contenedor azul para papel y cartón
En él se pueden reciclar:
- Casi todo lo que nos llega al buzón, propaganda, sobres de facturas,…
- Cajas de cartón como las de cereales, galletas, zapatos, productos congelados,…
- Hueveras de cartón
- Revistas viejas, libros y cuadernos, aunque a estos últimos debemos retirarles las tapas plásticas si las tienen.
Un truco para que sea más sencillo de realizar la tarea a la hora de separar en casa es aprovechar alguna de esas bolsas grandes de papel que nos hayan dado en algún comercio e ir echando en ella todo lo que va al contenedor azul, así cuando esté llena podremos tirarlo todo junto. Si además no la guardamos junto al cubo del resto de basuras, evitaremos que se moje o se ensucie y podremos tenerla durante varios días sin riesgo de olores.
Contenedor o iglú verde para vidrio
En este contenedor podemos reciclar los envases de vidrio:
- Todas las botellas de cristal de vino, cerveza, agua mineral.
- Frascos de colonia.
- Tarros de conservas.
En todos los casos sin los tapones que suelen ser de plástico o de metal y, siempre que sea posible, sin etiquetas de papel. Si no queremos tener que estar yendo al iglú verde a diario una buena idea es enjuagar bien los frascos antes de tirarlos para que no lleven restos de alimentos que se pudran generando malos olores.
Contenedor amarillo para plástico, latas y briks
En este contenedor debemos depositar los envases de materiales plásticos y metálicos, así como los envases tipo Tetrabrik que al llevar recubrimientos de materiales metálicos y plásticos no deben ir al contenedor azul.
- Latas de conservas y de bebidas.
- Bandejas desechables y papel de aluminio.
- Vasos de yogur que sean de plástico y sus tapas.
- Las tapas y tapones de los envases de vidrio.
- Botellas de agua y de productos de limpieza.
- Envoltorios de plástico de productos manufacturados.
Contenedor gris para todo lo demás
A este contenedor deben ir los restos orgánicos y los residuos que no sean envases:
- Restos de comida.
- Cajas de madera en las que vienen algunas frutas.
- Pañales.
- Cristales y objetos de plástico o metales que no sean envases.
- Juguetes.
Otros residuos domésticos que requieren tratamiento especial
Aparte de los que hemos visto más arriba, en el hogar se generan otro tipo de residuos que requieren de una gestión especial a la hora de reciclar la basura por ser altamente contaminantes si se tiran con el resto de la basura.
- Pilas. Las del mando a distancia, las de los juguetes, las de botón de los relojes… a pesar de su pequeño tamaño y de su apariencia inofensiva deben depositarse siempre en los contenedores especializados que podemos encontrar en muchos establecimientos como supermercados, farmacias, etc. También muchos centros de enseñanza tienen contenedor para pilas.
- Aceites usados. Otro residuo a controlar dónde nos deshacemos de él es el aceite usado, por ejemplo, cuando se le cambia el aceite a las freidoras. Antiguamente nuestras abuelas y bisabuelas usaban este aceite para hacer jabón, pero hoy lo mejor es guardar una garrafa o una botella de plástico para ir echando el aceite usado -¡cuando esté frío! y cuando esté llena depositarla en los contenedores para aceite usado que hay en muchos supermercados o en el punto limpio de nuestra localidad.
- Medicamentos caducados o que ya no utilicemos. Se pueden depositar en los contenedores de algunas ONG’s que hay en muchas farmacias, ellos se encargan de recogerlos y aprovechar los que aún no han caducado haciéndoselos llegar a otras personas que los necesitan.
- Muebles y electrodomésticos. Nunca deben tirarse tal cual a la basura, sino que deben llevarse a un punto limpio o, cuando se trate de elementos de gran tamaño avisar a los servicios municipales para que tomen las medidas oportunas para su retirada.
A todo esto, ¿vosotros separáis la basura? Si no es así animáos a reciclar la basura, o al menos a intentarlo.
Imagen | Ecoembes