Que levanten la mano a los que nunca se les ha quemado algo al fuego, y no me refiero al socarradito ese rico de la paella, sino a quemarse la comida hasta el punto de que luego ni el milagro antigrasa ni el forzudo de los limpiahogares pueden devolver nuestra querida olla a su estado original.
Bien, pues no hay que preocuparse, ante esa situación, aparte de una oración por la comida que se ha estropeado, porque esa sí que no tiene arreglo, limpiar la olla es un juego de niños y no hacen falta ni productos caros ni estropajos que parecen papel de lija.
Cómo limpiar una olla quemada fácilmente y sin esfuerzo
Es facilísimo, solo necesitamos 1 cucharada sopera de bicarbonato sódico por cada litro y medio de agua.
Y lo que tenemos que hacer es:
- Ponemos el agua a calentar en la olla a fuego medio. Echaremos una cantidad de agua suficiente para que cubra bien cualquier mancha de comida.
- Esperamos a que el agua hierva.
- Cuando esté hirviendo añadimos el bicarbonato y removemos bien para que se disuelva.
- Dejamos que siga hirviendo un par de minutos durante los cuales los restos quemados del fondo se irán ablandando.
- Sin retirar del fuego, vamos rascando el fondo con una cuchara o espátula de madera hasta levantar todos los restos sólidos.
- Cuando los hayamos despegado todos, vaciamos la olla, la dejamos enfriar un poco y la fregamos normalmente con agua jabonosa y una esponja suave.
- ¡Olla como nueva!
Imágenes | Coco Morante (The Kitchn)