Ya os he dicho más de una vez que me encanta el queso, por eso en muchas de mis recetas está presente un pequeño toque de queso rallado que siempre, pero siempre prefiero rallar en el momento, pues el queso rallado no conserva su sabor durante mucho tiempo y tampoco es fácil de conservar en buenas condiciones.

Sé que muchas veces acabáis comprando el queso ya rallado para no tener que estar limpiando el rallador o mismo porque no tenéis uno en casa, pero aún así os animo a que os pongáis manos a la obra con estos consejos y trucos para rallar queso que nos facilitan bastante la tarea.

Consejos y trucos para rallar quesos

Los quesos muy tiernos como la Mozzarella se deshacen pero no se rallan bien, los muy curados y duros como el Parmesano lo ponen todo perdido de migas, los más grasos como el Gouda dejan el rallador tan grasiento que luego resulta muy difícil de limpiar…

Parece que todo son problemas, pero como dice el refrán “a grandes males, grandes remedios” así que vamos a ver cómo evitar todo esto.

Trucos para rallar queso: Quesos frescos o muy tiernos

Si lo que queremos es rallar un queso fresco tipo Mozzarella o Burgos o muy tierno como el Brie o el Camembert, será muchísimo más sencillo si lo metemos entre 20 y 30 minutos en el congelador antes de rallarlo para que coja consistencia y resultará mucho más fácil, pero ojo, que no hay que congelarlo, por eso no hay que dejarlo más de media hora.

Trucos para rallar queso: Quesos duros y curados

Los quesos muy curados y duros, como puede ser el Manchego o el Parmesano suelen dejarlo todo lleno de migas que escapan del bol donde queremos que caigan. Una solución es rallarlos dentro de una bolsa de plástico, por ejemplo de las grandes de congelación.

Trucos para rallar queso: Quesos muy grasos

El problema de los quesos grasos como puede ser el Edam, el Gouda o el Havarti, es que se quedan pegados al rallador, no deslizan bien sobre este por lo que obstruyen los agujeros y para colmo luego resulta muy difícil de limpiar. Para solucionarlo, un método muy eficaz consiste en engrasar previamente el rallador con aceite de cocinar, que evitará que el queso se quede pegado y es muchísimo más fácil de limpiar.

Trucos para rallar queso sin rallador

También es posible hacerlo y son trucos que nos pueden venir de perlas si uno es de los que siempre compran queso rallado pero justo se les antoja preparar algo con él justo el día en el que solo tienen queso en un trozo.

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Así que si nos vemos en la situación de necesitar queso rallado y no disponemos de rallador, nos funcionarán bien estas dos cosas:

  • Cortarlo en lascas muy finas usando un pelador de verduras, que nos servirá para los quesos que hemos visto en el apartado anterior haciendo uso de los mismos trucos -congelar, meter en bolsa, engrasar-.
  • Triturarlo ligeramente usando un procesador de alimentos, aunque este método no se debe utilizar el quesos muy tiernos o blandos ya que terminarían hechos una crema.

¿Conocéis algún otro truco?

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