La última gurú del orden se llama Marie Kondo, es japonesa, y su máxima creencia es que una casa en orden nos aporta equilibrio y paz. Por así decirlo, ordenar nuestro alrededor, nos ayuda a estar más serenos y cómodos en nuestro hogar. Algo que, sin duda, se aplica también en la cocina.
Su libro 'La magia del orden', en el que explica los secretos de su técnica para mantener el orden, no ha dejado de venderse desde que se publicó en 2015. Y hace tan solo unos meses se estrenó en Netflix la serie '¡A ordenar con Marie Kondo!' en la que vemos a la gurú en acción en las casas más desastrosas de Estados Unidos.
La hayas visto o no, lo cierto es que sus técnicas para ordenar la cocina son fabulosas y cualquiera puede hacerlo. Te explicamos el paso a paso para que este espacio se convierta en tu lugar favorito de la casa.
1. Vacía todos los armarios y cajones
Sí, absolutamente todos a la vez. No sacar lo de uno, ordenarlo y pasar al siguiente. Deja los armarios y cajones de tu cocina limpios. Pensarás que es misión imposible. Que si sacas todo, no vas a poder volver a entrar. ¡Es que consiste en eso! Al igual que sucede con la ropa o los libros, Marie nos dice que esta técnica nos ayuda a ser conscientes de cuántas cosas almacenamos, que no sabemos que teníamos, que ya no usamos, o que están repetidas.
Y de verdad, funciona. Vas a descubrir latas de conservas con más años que tu casa, cinco cazos de tamaños y colores diferentes que no recordabas tener, encontrarás esas tapas que algún día se separaron de su tupper correspondiente y un largo etcétera.
2. Selecciona aquello que quieres conservar
Cuando comiences a ordenar, tu pensamiento será el de "todo lo que tengo es imprescindible. No voy a tirar nada", hasta que veas la cantidad de cosas que almacenas y no necesitas. Y ese cambio de chip en tu cabeza se produce al ver ese gran montón de utensilios, cacharros y comida que ha salido de los armarios.
Es el momento de ir objeto por objeto viendo qué es, si realmente lo necesitas, preguntarte por qué tienes 20 iguales, si los usas o si aún se puede consumir en el caso de la comida. Y, sobre todo, cuestionarte si te hace feliz. Esto es real y es otro de los pilares de Marie.
3. Tirar, donar, regalar o revender
Aunque tú te preguntes "¿quién va a querer una licuadora de hace años?", alguien habrá. Puedes usar cualquier app para vender de segunda mano, puedes regalárselo a alguien, preguntar a tus conocidos si la quieren, donarla a cualquier asociación caritativa o, si dicha licuadora está rota, tirarla. Y así con todo lo que tengas en la cocina. Obviamente, aquellos productos caducados deben ir derechos a la basura, pero el resto es susceptible de ser donado, regalado o revendido. Tuya es la decisión.
4. Colocar con cabeza para ordenar la cocina
Aquello que se quede, debe volver a ser colocado. Es la mejor parte de todas, porque tienes una cocina libre, despejada, con un montón de espacio (que vas a notar aún más en cocinas pequeñas) y ya te has deshecho de todo lo que no necesitas, así que aún no lo sabes pero has ganado espacio.
Fíjate en lo que tienes y, antes de meterlo de nuevo en los armarios, primero haz grupos por categorías. Aquí las opciones son infinitas, así que debes pensar qué es lo más útil para ti. Por ejemplo:
- Alimentos: Conservas. Aperitivos. Pasta. Legumbres. Alimentos para el desayuno (cereales, pan de molde, galletas...).
- Utensilios de cocina: Sartenes con sartenes, ollas con ollas, y así. Además de espumaderas, pinzas, cucharones, etc. Todos juntos.
- Vajilla: Platos, tazas, vasos, copas, cubiertos...
- Productos de limpieza.
Dedícale un tiempo. Piensa cómo usas estos objetos y cómo sería más cómodo situarlos. Aquello que utilizas menos, ponlo en los estantes más altos. Y lo que necesitas cada día o más a mano, en los bajos.
¿Te gusta cocinar con especias? Sitúalas cerca de los fogones. ¿Te levantas por la mañana con prisa o sin recordar ni tu nombre? Tal vez sea útil poner todas tus opciones para desayunar en una misma estantería baja.
5. Hacer todo lo más visible posible
No hay capítulo de la serie en el que Marie Kondo no aparezca con una pila de cajas de todos los tamaños para que sus "Clientes" distribuyan mejor sus pertenencias. Y la cocina no se salva. De hecho, creo que es una de las estancias de la casa donde más se agradece tener todo bien compartimentado o distribuido en cajas, sobre todo cuando hablamos de objetos pequeños.
Una vez tengas claro dónde irá cada cosa y cómo las vas a agrupar, coge diferentes cajas y empieza a ordenar su interior en función de los tamaños y a colocarlas en los armarios y cajones.
Antes hablábamos de las especias cerca de los fogones. Pues bien, pon todos los botes en una cajita para que, cada vez que vayas a usarlas puedas ver cuántas tienes. No solo estarán siempre ordenadas, sino que empezarás a usar más variedad en tus platos, al ver siempre las opciones que tienes disponibles y evitarás comprar de nuevo una especia que ya tenías.
Y aquí, un truco de mi cosecha (con permiso de Marie): Esos tuppers que se han quedado sin tapa tienen una segunda vida estupenda aprovechándolos como cajitas de almacenamiento.
6. El frigorífico y el congelador tampoco se salvan
No me olvido de la nevera. Aunque es más difícil que en este electrodoméstico cunda el caos, se nos pueden olvidar alimentos en su interior, sobre todo en el congelador. Por eso, ya que te pones a ordenar la cocina, dale un repaso a tu frigorífico, balda a balda, comprobando las fechas de caducidad y el estado de cada alimento. E incluso reorganizando el espacio con cajas de plástico.
7. Encimeras vacías
Se supone que, al haber ganado espacio en el interior de los armarios y los cajones, puedes liberar tu encimera y tenerla mucho más despejada. Los pequeños electrodomésticos como la tostadora o la cafetera, salvo que los uses cada día, también deben ser guardados en los armarios.
Ya verás qué delicia es tener superficie de sobra para cocinar, para organizar los ingredientes de una receta, emplatar, etc.
Así es cómo el orden llegará a tu cocina para quedarse. Porque eso es igualmente importante: Hay que mantenerlo. Y para ello deberás revisar cada mes los armarios, cuidar lo que compras e ir deshaciéndonos de lo que no necesitamos.
La hora de ordenar la cocina ha llegado. ¡Pasa a la acción!