El lavavajillas deja nuestros platos, vasos, cubiertos y la cristalería impolutos pero este electrodoméstico también necesita que limpiemos su interior cada cierto tiempo para que su funcionamiento sea siempre como el del primer día.
Debido a los restos de comida, la grasa y la cal e impurezas de la propia agua, también se ensucia, empieza a oler mal e incluso puede llegar a fallar. Por eso, realizar una limpieza periódica de este electrodoméstico es algo muy importante.
Cómo limpiar el lavavajillas
Así es como hay que limpiar el lavavajillas paso a paso:
Limpia el filtro
Se encuentra en la zona inferior de la cubeta interior del lavavajillas. Pasa algo desapercibido pero te garantizamos que lo vas a encontrar fácilmente.
Antes de extraerlo y limpiarlo, te recomendamos quitar el carro o bandeja inferior para mayor comodidad.
Tan solo tendrás que agarrar la parte superior del filtro, girar ligeramente y tirar hacia arriba para extraerlo. Es importantísimo limpiar el filtro del lavavajillas porque es aquí donde se acumula la mayor parte de la suciedad y los restos de comida.
Para ello, mezcla agua y unas gotas de jabón para platos. Si quieres una limpieza mayor, diluye en esta mezcla una pizca de bicarbonato de sodio. Frota la mezcla con un cepillo por todo el filtro, eliminando así la suciedad y los restos que hayan quedado incrustados. Después solo tendrás que enjuagarlo bien y devolverlo a su sitio.
Si está muy sucio, puedes dejar la pieza a remojo durante unos 30 minutos en agua caliente antes de frotarla para que se ablande y desincruste la suciedad.
Esto deberíamos hacerlo al menos una vez al mes si usamos el lavavajillas cada día.
Rellena el compartimento para sal especial de lavavajillas
Este paso no hay que hacerlo habitualmente, sino que el lavavajillas nos avisará cuando debamos reponer la sal especial. La gran mayoría de modelos cuentan con un piloto que se ilumina cuando se ha terminado.
Es entonces cuando tendremos que buscar en la parte inferior de la cubeta este compartimento, que suele estar cerrado con un tapón de rosca. Seguramente con tu lavavajillas venía un embudo especial a través del cuál echar la sal en este compartimento.
Tan solo tienes que desenroscar, introducir el embudo y echar la sal. No te preocupes si sale agua del interior, es normal. Y si cae sal fuera tampoco pasa nada, aunque es mejor que la retires en ese caso.
Deberás introducir tanta sal como señale el fabricante en el manual del aparato. Se vende en paquetes que van desde los 2 kilos hasta los 4 kilos.
Limpia las bandejas
Para realizar los dos pasos anteriores es recomendable que saques al menos la bandeja inferior pero como también hay que limpiarlas de vez en cuando, te animamos a sacar ambas y aprovechar para revisar que estén limpias, sin restos de comida que se hayan podido quedar incrustados.
También repasa los carriles para que corran con mayor facilidad. Puedes hacerlo sencillamente usando un paño húmedo y luego papel de cocina para secarlo.
Limpia la junta de la puerta
Con un paño húmedo repasa la goma de la puerta del lavavajillas porque aquí también se pueden acumular restos de comida que no vemos e incluso puede aparecer moho debido a la humedad, así que no olvides secarlo con papel de cocina para finalizar la limpieza. Si tienes problemas para acceder a algún pliegue, emplea un cepillo pequeño.
Revisa el dosificador de detergente y abrillantador
El compartimento donde introducimos el detergente para lavavajillas y el abrillantador también se pueden ensuciar y pueden acumularse restos de producto si no se ha disuelto bien. Aunque es el lugar que vemos más a menudo, no está de más comprobar que está limpio.
Saca las aspas y límpialas
Las aspas o brazos del interior del lavavajillas también acumulan grasa y suciedad por lo que es recomendable limpiarlas. Como es un paso algo engorroso pero es más complicado que este elemento se ensucie, podemos hacerlo cada seis meses.
Algunas aspas se pueden abrir y otras no. En caso de que tu modelo cuente con las primeras, limpia su interior con agua y jabón, vinagre diluido en agua o bien un desengrasante. Si no se pueden desmontar, introdúcelas en un barreño con agua muy caliente y después ponlas bajo el chorro de agua del grifo para que salga la suciedad de su interior, haciendo que el agua entre por los agujeritos.
En ambos casos es muy importante que las dejes secar antes de volver a introducirlas en el lavavajillas.
Limpia los conductos internos del lavavajillas
Esta parte no podemos hacerla a mano, obviamente. Hay que recurrir a productos especiales pensados para ello. Los encontrarás en cualquier supermercado como "limpiamáquinas" junto a las pastillas.
Cada producto viene con sus propias instrucciones pero por lo general tan solo hay que desenroscar el bote y colocarlo boca abajo dentro del lavavajillas, en la bandeja superior o inferior. A continuación cerrar la puerta y programar el ciclo de lavado que recomiende el fabricante del limpiamáquinas, aunque suele ser uno largo. E importante: el lavavajillas debe estar vacío.
Se recomienda hacer esta limpieza una vez cada mes o cada dos meses si le das mucho uso a este aparato y, sobre todo, si usas detergentes o pastillas de baja calidad. Y también después de largos periodos en los que no hayamos usado el lavavajillas.
Un truco natural para limpiar el lavavajillas
Si hay un producto natural que se viene usando en la limpieza del hogar desde hace años y años es el vinagre. En el caso del lavavajillas, no iba a ser diferente.
Para limpiar el lavavajillas con vinagre, es recomendable haber limpiado antes el filtro. Una vez hecho esto, hay que programar un ciclo de lavado largo a la máxima temperatura que sea posible. Cuando lleve entre 10 y 15 minutos, interrumpe el ciclo abriendo la puerta y echando en el interior del lavavajillas directamente un vaso de vinagre blanco.
Activa de nuevo el lavado y deja que finalice. ¡Listo! De ese modo te ahorras el limpiamáquinas y contaminas menos.
Consejos para mantener el lavavajillas limpio
Cada vez que finalice un lavado es importante que dejemos la puerta del lavavajillas abierta hasta que salga toda la humedad de su interior. De ese modo evitamos la formación de moho que puede darse en su interior.
También es importante quitar los restos de comida antes de introducir los platos sucios. Todos quitamos los de mayor tamaño pero incluso los trocitos más pequeños deberían ir a la basura, sin necesidad de que enjuagues los platos en el fregadero antes. Evitaremos así que se acumulen, que causen atascos y malos olores.
Como ves, no hay que limpiar el lavavajillas exhaustivamente cada semana pero sí conviene hacer una limpieza completa cuando detectemos que empieza a oler mal su interior e incluso si vemos que la vajilla ya no queda tan limpia como antes. Lo que sí es importante es prestar atención al cuidado del filtro más a menudo. Así alargaremos la vida útil de nuestro lavavajillas.