La pulpa de pimiento choricero es un ingrediente que aparece en muchas recetas de salsas, guisos y arroces, pues se trata de un condimento que aporta muchísimo sabor a este tipo de platos.
No es difícil de conseguir, pues en cualquier supermercado que esté relativamente bien surtido podemos encontrarla en dos formatos. Por un lado, la propia pulpa de pimiento envasada en botes de cristal y por otro, los pimientos choriceros enteros y deshidratados para que nosotros extraigamos la pulpa.
Los pimientos choriceros secos tienen un aspecto similar al de las ñoras, pero a diferencia de estas últimas, son mucho más alargados y tienen un sabor menos dulzón. En ambos casos, la pulpa se extrae de la misma manera y es muy sencillo.
Además, tienen la ventaja de que podemos extraer solo la pulpa que vayamos a necesitar de cada vez sin necesidad de que nos queden botes abiertos que muchas veces se acaban estropeando.
Cómo sacar la pulpa del pimiento choricero y de las ñoras
Es muy fácil, damos un corte longitudinal a los pimientos para abrirlos, los enjuagamos bajo el grifo para retirar las semillas y los dejamos a remojo en agua fría durante al menos cuatro horas, o aproximadamente una hora en agua tibia -no hirviendo, porque no queremos que se cocinen, solo que se hidraten.
Pasado este tiempo, sacamos los pimientos del agua y con ayuda de un cuchillo pequeño tipo puntilla o de una cucharilla vamos rascando la carne para separarla de la piel y así poder usarla en nuestra receta.
Los pimientos choriceros secos se conservan en casa muchísimo tiempo para poder echar mano de ellos siempre que los necesitemos. Si por lo que sea, al hidratarlos, no calculamos bien y nos pasamos de cantidad, la pulpa que sobre se puede guardar en la nevera dentro de un pequeño bote de cristal cubierta de aceite. El aceite impedirá que la pulpa hidratada entre en contacto con el aire y se conservará en la nevera durante varios días.
Si no tienes ni idea de cuándo va a ser la próxima vez que la uses, puedes congelarla y te durará meses.