La Organización Mundial de la Salud estima que si el consumo de sal se redujese hasta un nivel de menos de 2 gramos de sodio al día (5 gramos de sal común), se podrían evitar hasta 2,5 millones de muertes al año.
Un consumo excesivo de sal eleva el riesgo de padecer hipertensión, enfermedades cardiovasculares, ictus e infarto de miocardio. Según datos de la propia OMS, la mayoría de las personas llegamos a consumir a diario más del doble de la cantidad máxima recomendada.
En la dieta habitual, la sal suele proceder mayoritariamente de productos elaborados que la contienen, panes, embutidos, quesos, salsas preparadas, conservas, precocinados congelados... El abuso de estos productos sumado a la sal que podamos añadir a los platos que cocinemos nosotros mismos acaba en un consumo demasiado elevado que podría poner en riesgo nuestra salud.
Para atajar el problema, aparte de las medidas institucionales que propone la OMS, también podemos actuar en nuestras casas con algunos pequeños trucos a la hora de cocinar.
10 trucos para dar sabor sin usar sal
En este artículo os proponemos 10 métodos muy sencillos para dar sabor a la comida sin usar sal. Son pequeños trucos que ayudan mucho en esa fase de transición que va desde que uno toma la decisión de empezar a comer sin sal o con menos sal hasta que llega el día en el que no la echa de menos.
Si no es por una prescripción médica que nos obligue a eliminar por completo la sal, la mejor forma de reducir el consumo de sal es hacerlo gradualmente. Así, sin darnos cuenta, llega un momento en el que la comida y los snacks procesados nos saben tan salados que resultan desagradables.
Además, comer sin sal o con poca sal no tiene por qué ser sinónimo de comer sin ningún tipo de sabor, al contrario, es la oportunidad de volver a educar el paladar descubriendo el verdadero sabor de los alimentos, de las especias, de los matices que les aportan las distintas técnicas de cocción.
Usar hierbas aromáticas y especias
Potencian el sabor de los alimentos y aportan nuevos matices. Son imprescindibles para dar sabor a salsas, caldos, cremas y guisos si no queremos añadir sal.
Pimienta, laurel, cúrcuma, nuez moscada, chiles, pimentón ahumado... son solo algunos ejemplos de especias que pueden usarse solas o combinadas para que nuestros platos estén llenos de sabores.
Asar en el horno y cocinar a la plancha
Asar los alimentos o cocinarlos a la plancha a gran temperatura buscando que se produzca la famosa reacción de Maillard no solo hará que la superficie de estos tome un bonito color dorado, sino que aportará nuevos matices de sabor que nos ayudarán a olvidarnos antes de la sal.
En las verduras, se caramelizarán sus propios azúcares al asarlas o tostarlas. Luego pueden utilizarse para preparar caldos que serán ricos en umami, el conocido como sabor delicioso.
Ralladura y zumo de cítricos
La ralladura y el zumo de los cítricos no solo funcionan bien en postres y dulces, también son perfectos para potenciar el sabor de pescados y carnes blancas. Combinados con hierbas como cilantro o perejil, aportan frescor en platos más grasos.
Usar ajadas
Los sofritos de hortalizas aromáticas como el ajo, la cebolla, la chalota, el puerro o el cebollino dan muchísimo sabor tanto si se saltean ligeramente como si se dejan caramelizar cuando nos interesa potenciar su sabor más dulzón.
Por ejemplo, cualquier verdura cocida como la coliflor o una simple patata hervida se vendrá arriba con una deliciosa ajada hecha con aceite de oliva virgen extra, ajos y pimentón.
Jengibre
Aporta un sabor ligeramente cítrico y picante siempre y cuando no nos excedamos en la cantidad -si ponemos demasiado hay quien dice que le sabe a perfume-, pero es perfecto para aromatizar salsas y dar sabor a platos de carnes blancas que de por sí suelen ser más insípidas que las carnes rojas.
Aceites aromáticos
Los aceites aromáticos, que podemos preparar en casa a nuestro gusto siguiendo las alguna de estas recetas para aromatizar aceites, son perfectos para dar sabor a ensaladas y platos de pescados o verduras al vapor.
Vinagres y vinagretas
Si lo que buscamos es dar sabor, pero sin subir calorías y los aceites aromáticos no nos acaban de convencer, podemos aligerarlas preparando vinagretas o usando directamente nuestros vinagres favoritos.
La acidez del vinagre ayuda a equilibrar el sabor en platos que contienen grasas-
Salsas y sofritos de verduras
Las verduras ya contienen sales por lo que preparar salsas a base de verduras y especias sin sal es una buena idea que sirve para dar sabor a estofados de carnes rojas o blancas o como acompañamiento de carnes a la plancha.
Marinar los alimentos, la técnica que nunca falla
Sirve tanto para carnes como para pescados y es una de las técnicas más efectivas para dar sabor a los alimentos y, de paso, conseguir que queden más tiernos y jugosos. Sobre esta técnica ya hemos hablado largo y tendido en este post.
Cocciones largas a fuego lento
Los guisos cocinados a fuego muy lento, como por ejemplo los que se preparan en las ollas lentas tipo Crock Pot, concentran muchísimo más los sabores de los alimentos y quedan deliciosos sin apenas utilizar sal o, incluso, sin utilizar ninguna. La clave está en usar un buen sofrito de verduras bien caramelizadas como base.