Un limón puede ser un ambientador maravilloso, pero si lo dejamos en el frutero, el deleite olfativo nos durará bien poco. Los limones, si se abandonan a su suerte en el verdulero, aguantan frescos dos telediarios o menos con los calores que tenemos estos días.
[Cómo preparar los limones encurtidos en conserva típicos de la cocina marroquí]
A los limones lo que les sienta bien es el frío y la humedad, si no se guardan teniendo en cuenta esto, se deshidratan con mucha facilidad. Incluso si no se pudren, se ve cómo van haciéndose más pequeños y cómo la piel se vuelve fina y seca.
Veremos hoy cómo conservarlos en casa para que nos duren semanas en perfectas condiciones y los tengamos siempre a punto para cuando los apetezca una limonada bien fresquita.
Cómo conservar los limones frescos para que duren mucho
Dejarlos a temperatura ambiente no es una buena opción, pues apenas durarán frescos una semana. Si se almacenan correctamente, podrían durar mucho más.
Si los limones necesitan frío, parece obvio que la nevera es el lugar ideal para su conservación, pero también necesitan humedad, así que meterlos tal cual en un cajón o balda de la nevera, aunque prolongará su vida útil algunos días, no es la solución óptima.
La mayor durabilidad de los limones frescos la conseguiremos guardando estos en la nevera dentro de una bolsa de plástico o de un táper cerrado. Este método funciona porque la cáscara del limón es muy porosa y permite que la humedad del interior salga hacia afuera. Si están en un recipiente o bolsa de un material impermeable y estos están cerrados, la humedad se condensará en el interior del contenedor manteniendo húmedo el ambiente que rodea a la fruta. Esto evitará que el limón se reseque con rapidez y haciendo que nos dure hasta cuatro semanas.
Cómo utilizar el limón fresco
El limón tiene muchos usos culinarios porque puede usarse para cocinar salsas, aderezar ensaladas y también para hacer bebidas. Lo del vaso de agua de limón en ayunas que dicen que ayuda a adelgazar y al que se le atribuyen otra serie de beneficios casi mágicos es solo uno más de los muchos bulos que circulan por la red. Lo que sí es cierto es que no le sienta nada bien al esmalte dental.
Está muy extendido su uso en la elaboración de aliños y marinados, pues son recetas en las que se le puede sacar mucho partido. Las personas que siguen dieta vegana tienen en el limón a un gran aliado para elaborar quesos a base de frutos secos.
La cáscara del limón es también muy aromática y nos puede valer para dar sabor a caldos, sopas, salsas, postres o como toque final en platos muy grasos.