¿Te has acordado en el último momento de que no habías puesto a enfriar el vino y lo has metido en el congelador con tan mala suerte de que te has olvidado de él y cuando has ido a mirar el vino era un enorme trozo de hielo atrapado en una botella? ¿O has guardado las botellas en una zona tan fresca que al llegar una ola de frío el vino ha terminado congelado?
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¿Qué pasa si se congela el vino? ¿Cómo hay que descongelarlo? ¿Se altera? ¿Nos lo podemos beber cuando se descongele o tendremos que despedirnos de él para siempre? En un vídeo subido a su cuenta de Instagram, la influencer Marta Clot, especializada en divulgación sobre vinos, nos explica qué es lo que tenemos que hacer si nos encontramos con una botella de vino congelada.
Qué hacer con un vino congelado
Lo primero es dejar que se descongele el vino de forma lenta, lo mejor es dejarlo en la nevera -fuera del congelador- y esperar a que vuelva a estar líquido. No intentaremos acelerar el proceso metiendo la botella en agua caliente o acercándola a cualquier otra fuente de calor.
Una vez que el vino se haya descongelado vamos a ver que han aparecido unas partículas que estarán en suspensión si agitamos un poco la botella y que precipitarán al fondo si dejamos reposar el vino. Son los tártaros, que con el frío alteran su composición y por eso se vuelven visibles. Se podrían eliminar fácilmente filtrando el vino con un filtro de papel de los que se utilizan para hacer café.
Otro de los efectos de la congelación es que el agua y el alcohol se van a separar y, por tanto, se van a alterar las características organolépticas respecto al vino antes de congelarse.
Todo esto no quiere decir que el vino no se pueda consumir, pues no se ha convertido en algo tóxico, al menos no más de lo que ya lo era inicialmente, recordemos que estamos hablando de una bebida alcohólica.
Lo que sucede es que el vino no va a tener el mismo sabor que tenía antes de haberse congelado y no va a estar igual de bueno, por eso, la experta recomienda guardar ese vino descongelado y utilizarlo para cocinar. No en vano, una de las maneras de conservar el vino que sobra es hacer cubitos de hielo de vino que luego se pueden utilizar para preparar distintos platos.
Cuando hablamos de cocinar, esto incluye desde marinar alimentos hasta utilizarlo para hacer salsas o sofritos. Una gelée de vino también sería una buena opción.
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En los comentarios al vídeo, hay quien sugiere utilizarlo para hacer calimocho y puede que tampoco sea mala idea utilizar el vino descongelado para preparar algún cóctel como el mencionado calimocho, una sangría o un tinto de verano.