Apenas llevan una década en nuestras casas, pero las freidoras de aire ya se han ganado un puesto en el grupo de electrodomésticos imprescindibles para los que quieren comer más saludable sin complicarse demasiado la vida.
Pero, como casi siempre, el marketing ha hecho de las suyas llamando freidora a algo que, en realidad, es un minihorno de convección, perfecto para cocinar muchas cosas, pero no tanto para otras. Al menos si pretendemos que queden como si estuvieran fritas en una gran cantidad de aceite.
Os lo dice alguien que utiliza la airfryer hasta para deshidratar tomates o tostar el pan, para que os hagáis una idea de lo presente que está este aparato en mi día a día. Aun así, hay cosas cocinadas en la freidora de aire, muy virales ellas, que a mí no me convencen, que no es que no estén muy buenas, es que me parece que algunas están realmente malas. La primera, las croquetas. El rebozado clásico de las croquetas, cuando se "fríen" en la freidora de aire, me parece una infamia, una manera de estropear las croquetas.
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El rebozado de pan rallado, aunque pueda llegar a dorarse, a presentar un aspecto apetecible y tener una mordida crujiente, se deshidrata y se reseca al cocinarlo en la freidora de aire. Es una textura que me resulta áspera y que no disfruto nada cuando me la como. No me pasa solo con las croquetas, con cualquier rebozado hecho con pan rallado o panko he tenido siempre la misma sensación.
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Pero ¿qué pasa si cambiamos el pan rallado por otra cosa y lo hacemos en la airfryer?, ¿hay alguna manera de conseguir unos rebozados crujientes que resulten adictivos y que no sepan a harina cruda y seca? Pues sí la hay, en realidad, hay unas cuantas alternativas que mejoran los resultados del pan rallado y, para ver cómo funciona cada una de ellas, en COCINILLAS nos hemos puesto manos a la obra y hemos rebozado filetitos de solomillo de pavo, palitos de calabacín y láminas de berenjena.
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En total, hemos hecho pruebas con seis rebozados diferentes:
- Pan rallado: Es el ingrediente clásico para rebozar croquetas, milanesas... y nos sirve como referencia para comparar con el resto.
- Harina de almendra (90 %) + Parmesano (10 %): Permiten hacer rebozados sin gluten y sin carbohidratos.
- Corn flakes: Los cereales del desayuno, en versión sin azúcar, si se machacan o se trituran son una alternativa para rebozar sin gluten.
- Torreznos/cortezas de cerdo de bolsa: Muy utilizado para rebozados aptos para dieta keto por ser sin gluten, alto en proteínas y no tener carbohidratos.
- Quelitas machacadas: Son unas galletitas saladas típicas de Baleares que se pueden machacar o triturar hasta que tengan una textura similar al pan rallado.
- Copos de puré de patatas: Son copos de patata deshidratada y es un clásico de la comida rápida de los 80 que se sigue encontrando fácilmente en los lineales de los supermercados. Es una alternativa vegana y sin gluten.
Así son los 6 rebozados crujientes que hemos probado en la airfryer
Para hacer las pruebas, hemos elegido unos filetes finos de solomillo de pavo, unos bastones de calabacín y unas láminas de berenjena en cantidad suficiente para comprobar el aspecto y la textura y catar el sabor. Todos ellos fueron sazonados con una pequeña cantidad de sal.
El paso previo a aplicar los rebozados elegidos fue común para todas las pruebas, primero se pasaron por una mezcla de harina con especias (pimienta recién molida, tomate seco en polvo y pimentón). Esta primera capa tiene como función evitar que el huevo resbale y ayuda a fijar el rebozado, aparte de sazonar el alimento.
A continuación, las piezas se pasan por huevo batido con un poco de sal y, para terminar, por cada uno de los rebozados elegidos para las pruebas.
Para freír las distintas piezas en la freidora de aire, se rocían con aceite de oliva virgen extra aplicado con un espray y se cocinan a 180 ºC durante 10 minutos.
Este es el mejor rebozado crujiente para hacer en freidora de aire
Después de probar los seis rebozados y compararlos, así quedarían ordenados empezando por el peor y dejando el mejor para el final.
El pan rallado no me gustaba y con razón, porque es el peor comparándolo con los otros cinco. Queda seco, no se dora de manera uniforme y, aunque se adhiere bien, da la sensación de que no se integra bien y es como si comieras pan rallado solo.
Tenía yo las expectativas muy altas en este rebozado, pero no quedó crujiente y eso le hizo perder bastantes puntos. No resulta para nada seco y el parmesano le aporta una dosis de umami que queda especialmente bien con el calabacín. Lo dejo en stand by para seguir haciendo pruebas, pero, de momento, no llega a estar entre los mejores.
Se dora de manera uniforme y no se quema (el trocito que se ve blanco en la foto es porque otro trozo se quedó por encima y recibió menos calor). Queda crujiente y el resultado es como si los alimentos se hubiesen rebozado con las miguitas que quedan en el fondo de las bolsas de patatas fritas. Es una opción vegana y sin gluten que es digna de ser tenida en cuenta.
Se pueden triturar hasta convertirlos en harina o, como he hecho yo, se pueden machacar hasta dejar unos pequeños trocitos. El resultado es un rebozado muy crujiente y muy atractivo a la vista que recuerda al del Crispy Chicken del Burger King o al pollo crujiente del KFC, pero nada grasiento. Tiene, además, la ventaja de que también es sin gluten.
Las quelitas son unas galletas saladas típicas de Baleares que, dicho sea de paso, no me entusiasman demasiado. Pero como tenía un paquete abierto en la despensa y muchas ganas de dejar de verlo rondando, opté por incluirlo en estas pruebas y ¡menudo acierto! Se podrían triturar con un procesador de alimentos hasta dejarlas como un pan rallado fino, aunque yo opté por machacarlas y dejarlas con la textura irregular que se ve en la foto.
El resultado me sorprendió mucho porque es el que más se me parece a un rebozado clásico frito en una freidora de aceite, queda crujiente, bien integrado y nada reseco. Hasta puede que les dé una nueva oportunidad a las croquetas con este rebozado, pero no prometo nada.
Por muy poco, el ganador de la prueba es el rebozado de torreznos de bolsa (cortezas de cerdo) hechos harina con el accesorio picador de la batidora. Aquí en España no lo hemos visto, pero en Estados Unidos esto se vende como pork rind crumbs, literalmente, "migas de corteza de cerdo" y es un producto habitual entre los que siguen dietas cetogénicas o bajas en carbohidratos.
El rebozado queda crujientísimo y muy aireado, por lo que no resulta nada pesado. Curiosamente, no aporta sabor a la corteza de cerdo de bolsa.
No sé qué tal quedará este rebozado o el de quelitas en una fritura normal, lo mismo quedan aceitosos o se queman fácilmente, pero desde ya pasan a ser mis favoritos en la freidora de aire.