Acabar con el caos en los armarios de la cocina puede ser algo fácil de hacer sin necesidad de comprar nuevos accesorios. Ponerle fin a esos paquetes empezados de arroz o de legumbres que se apilan dentro de las alacenas en equilibrio altamente inestable es algo realmente sencillo. Sólo hay que aprovechar los tarros de conservas que cada día terminan en el contenedor del reciclaje.
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Para tener unos bonitos botes para ordenar especias, legumbres, pasta o arroz sólo necesitamos unas cuantas etiquetas adhesivas y un poco de paciencia para retirar las etiquetas originales. Una tarea que será sencilla de realizar con los trucos que te vamos a contar a continuación. Trucos que también te serán muy útiles si comprar tuppers o botes de almacenaje vacíos que también traen etiquetas con el nombre de la marca.
Estas etiquetas, a veces salen fácil, pero dejan un residuo de pegamento difícil de eliminar y muy molesto, porque deja un aspecto opaco y es un imán para lo suciedad si no se retira correctamente. Hoy te vamos a contar cómo eliminar las etiquetas sin dejar ni rastro y sin caer en la tentación de meter los botes en el lavavajillas, porque, aunque las etiquetas se desprenden con facilidad, pueden producir atascos en la máquina y sea peor el remedio que la enfermedad.
Cómo despegar las etiquetas de los botes de conservas
Existen varios métodos muy eficaces para retirar las etiquetas adhesivas de todo tipo de superficies.
Método 1: Agua caliente y rasqueta de vidrios
Sumergiremos los botes en agua muy caliente durante unos 10 o 15 minutos. El calor ayudará a ablandar el adhesivo y el agua facilitará la retirada del papel. No conviene prolongar el tiempo de remojo porque si esperamos a que el agua se enfríe, el papel se deshará y se nos quedará el pegamento.
Pasado ese tiempo, retiraremos la etiqueta con un rascador de vidrio (los que se usan para las vitrocerámicas) y, a continuación, lavamos bien el bote con jabón de lavar los platos.
Método 2: Bicarbonato de sodio y aceite
En ocasiones, no tenemos opción de sumergir la pieza en agua caliente, bien porque se trata de una pieza de gran tamaño, como podría ser una mampara de ducha. Es, además, un método que funciona especialmente bien con superficies metálicas, como podrían ser ollas o sartenes.
Tenemos que mezclar partes iguales de bicarbonato de sodio y aceite vegetal (nos sirve el de girasol más barato) y formar una pasta que aplicaremos sobre la etiqueta y la dejaremos actuar durante unos 15 minutos.
Pasado este tiempo, frotamos la etiqueta con una esponja o un trapo, lavamos y enjuagamos bien.
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Método 3: Aplicar calor seco
El verdadero supertruco que, además, permite retirar una etiqueta sin que ésta se rompa, es un método muy limpio y eficaz, siempre y cuando la superficie resista el calor, podemos usar un secador de pelo para aplicar calor a potencia máxima.
El calor fundirá el pegamento y, con cuidado, podremos despegar la etiqueta y recuperarla para poder pegarla en otro sitio, por ejemplo, un álbum de recortes. Aparte, la superficie quedará limpia y sin restos de pegamento.
Método 4: Agua y jabón
Si las etiquetas están pegadas con cola blanca, el agua caliente será suficiente para eliminarlas. Con media hora a remojo en agua tibia y después una limpieza con jabón de lavar los platos y estropajo tendremos el problema resuelto.
Cómo eliminar restos de pegamento
Si al retirar alguna etiqueta nos ha quedado algún resto de pegamento, no está todo perdido. Siempre podemos recurrir a otros disolventes en función del material que estemos limpiando.
Método 1: Alcohol isopropílico
Se utiliza para limpiar superficies delicadas como pantallas de TV y monitores. Simplemente tendremos que humedecer un paño con este producto y frotar los restos de adhesivo hasta que se disuelvan.
A continuación, lavaremos y aclararemos normalmente.
Método 2: Esponja de melamina (borrador mágico)
Las esponjas de melamina, comúnmente conocidas como borrador mágico, son un tipo de jabón abrasivo que funciona como si fuese una goma de borrar despegando la suciedad, en este caso el pegamento, y atrapándolo en la espuma.
Es un método que permite retirar restos de pegamento sin rayar las superficies y, para utilizarlo, solo tendremos que humedecer ligeramente la esponja, escurrir y frotar sobre los restos de adhesivo.
Método 3: Grasa o aceite
Si no tenemos alcohol isopropílico, podemos usar cualquier grasa o aceite de cocina, como aceite de girasol, mantequilla o incluso los restos de un bote de mayonesa que tengamos por la nevera.
Simplemente tenemos que untar los restos de pegamento con la grasa y dejar reposar durante unos 15 minutos. A continuación, frotamos con papel de cocina para retirar el pegamento y lavamos con un jabón de lavar los platos.
Método 4: Insecticida y estropajo
Si necesitamos un disolvente potente para retirar restos de pegamento, es probable que lo tengamos más cerca de lo que pensamos. Basta pulverizar un poco de insecticida para moscas y mosquitos (recomendable usar mascarilla), dejar actuar unos segundos y frotar con un estropajo de los que no rayan. Para mí este es el supertruco, porque se lleva cualquier resto de adhesivo sin tener que frotar apenas.
A continuación, lavaremos con agua y jabón para lavar los platos y aclararemos muy bien. Funciona bien en prácticamente todas las superficies, incluidos los plásticos.
Método 5: Acetona y quitaesmalte
Estos productos que se utilizan para manicuras caseras también son disolventes que se pueden utilizar para retirar adhesivos en superficies de vidrio. No podremos utilizarlos sobre superficies delicadas o de plástico.
Para utilizarlo, echaremos un poco de producto en un algodón y frotaremos los restos de pegamento. A continuación, lavamos con agua y jabón y aclaramos bien.