Cuando se manipulan líquidos es inevitable que, en algún momento, se produzcan derrames o salpicaduras. Cuando el líquido no es agua cristalina, eso implica la aparición de una mancha cuya limpieza puede ser un auténtico reto.
La de vino tinto es una de ellas, los taninos hacen que el color se fije a las fibras tiñéndolas del color del líquido. Una propiedad que tanto puede servir para customizar una prenda a nuestro antojo como para arruinarla cuando la mancha se produce de manera accidental. La ley de Murphy también suele actuar en estos casos, cuanto más cariño les tienes al mantel o la camisa, más probabilidades tienen ambos de ser atacados por una mancha despiadada.
Ante esta situación, lo fundamental es no perder la calma y no seguir el impulso de correr hacia el grifo más cercano para intentar lavar la prenda. Al mojar la prenda, el color no se va a "caer", sino que va a fluir por la tela mojada dando como resultado una mancha más grande con un color menos intenso, pero mancha al fin y al cabo. Incluso si a simple vista parece que se ha diluido tanto que no tiene color, al secarse, podemos encontrarnos con un cerco rosado que nos recuerde el percance.
Cómo actuar ante una mancha de vino tinto
Lo que tenemos que hacer siempre es buscar la manera de extraer el vino, pero sin extender la mancha y esto lo conseguimos aplicando técnicas que se enfoquen en absorber el líquido que ha causado la mancha. En eso se basan los productos quitamanchas comerciales que suelen ser espráis que expelen un producto pulverulento que, al rociarlo sobre la mancha, forma sobre ésta una capa seca que la va absorbiendo. Pasado un tiempo, se cepilla el tejido para retirar el polvo y, en una gran mayoría de los casos, la mancha ya es historia.
Si no tenemos un producto de este estilo, se pueden hacer varias cosas en función de lo que tengamos a mano en ese momento. Eso sí, hay que evitar productos de limpieza muy agresivos como la lejía que, aunque podrían eliminar la mancha, podrían causar daños irreparables en el tejido.
Lo más sencillo es usar papel absorbente (papel de cocina, servilletas de papel...). Si es posible, colocaremos un trozo de papel debajo de la tela en la zona de la mancha y, con otro trozo de papel, haremos una bolita y daremos toquecitos sobre la mancha para intentar que el líquido pase al papel absorbente. Si la mancha es muy grande, podemos frotar, pero siempre desde el borde de la mancha hacia dentro, para no extenderla.
Funcionan también muy bien las esponjas de melamina, las que se conocen como "borrador mágico" para absorber el vino y retirar el color. En ambos casos, una vez retirada la mancha, procedemos a lavar la prenda como lo haríamos normalmente.
Si tenemos opción, también se puede espolvorear la mancha inmediatamente con maizena o con polvo de talco para que absorban, esperar a que se seque y una vez seca, cepillarla y, si aún quedan restos, frotar suavemente desde el borde hacia adentro con un paño humedecido en leche y luego con el paño en seco absorber la leche coloreada para que no se extienda.
Otro sencillísimo truco muy efectivo, que funciona incluso si la mancha ya se ha secado un poco, es utilizar espuma de afeitar, para ello cubriremos con la espuma la zona manchada y la untaremos sobre la mancha con el dorso de una cuchara para que la espuma penetre bien en el tejido. Dejaremos actuar un par de minutos y frotaremos con una esponja, siempre de fuera hacia dentro, para retirar la espuma y la mancha. Una vez retirada la mancha, procedemos a lavar la prenda como lo haríamos normalmente.
¿Se puede quitar una mancha de vino reseca?
Es mucho más difícil y, en caso de tener la opción, nos quedaremos más tranquilos llevando la prenda a una tintorería en la que los profesionales hagan su trabajo. Si no tenemos esta posibilidad, se puede intentar en casa con alguna de estas técnicas.
Opción 1
Humedecemos la mancha dando toquecitos con un algodón empapado en agua oxigenada y dejamos la prenda a remojo durante unas dos horas en una mezcla de agua templada, detergente, agua oxigenada y bicarbonato en una proporción de 2 cucharadas de bicarbonato, 2 tapones de detergente y 100 ml de agua oxigenada por cada 10 litros de agua. Después lavamos la prenda como de costumbre.
Opción 2
Humedecemos la mancha con agua con gas, vino blanco o cava para que se ablande e intentamos limpiarla como si fuera una mancha de vino reciente con alguna de las técnicas anteriores.
Opción 3
Mezclamos un poco de detergente en polvo con un poco de agua hasta formar una pasta que extenderemos sobre la mancha. Dejamos actuar unos veinte minutos, retiramos la pasta frotando sobre la mancha y lavamos la prenda normalmente.