El verano es la época de vacaciones, de terraceo, de jornadas de playa interminables y... de limpiezas generales. Disponer de más horas de luz y más tiempo libre anima a muchos a montar zafarrancho de limpieza para darle un repaso a todos los rincones que el resto del año quedan un poco olvidados o se van limpiando por encima.

Si hablamos de la cocina, en mi caso, reconozco que el horno es el objeto con el que más me cuesta ponerme a fondo y, aunque procuro no ensuciarlo demasiado y no dejar lamparones que se acaben quemando en incrustando en usos sucesivos, a veces, alguno se me despista y me toca recurrir a alguno de estos trucos para retirarlo.

Si tu horno es básico y no tiene ningún programa de autolimpieza, es posible que más de una vez te hayas visto en la misma situación y, si has sufrido limpiándolo, estos trucos te ayudarán a que no vuelva a suceder. Concretamente, hay un truco muy sencillo que nos ahorra mucho tiempo de restregones.

Cómo limpiar la grasa incrustada del horno sin riesgos y sin (mucho) esfuerzo

Siempre que vayamos a manipular un aparato eléctrico se debe cortar el suministro de electricidad al mismo, bien sea desenchufándolo o, como en el caso del horno, accionando el interruptor correspondiente en el cuadro general de luces de la vivienda.

Otra precaución de seguridad a tener en cuenta es que los productos de limpieza desengrasantes que habitualmente se utilizan para limpiar los hornos pueden desprender vapores tóxicos si se utilizan en caliente por lo que deben utilizarse en frío, aunque la lógica nos diga que si los aplicamos sobre el horno caliente, van a actuar mejor.

El truco que realmente nos hace el trabajo más sencillo es utilizar una rasqueta para vidrios, de las que se utilizan para las vitrocerámicas. Así, el producto desengrasante ablandará un poco la grasa y con la rasqueta la vamos levantando y retirando. Mucho más sencillo que frotar y frotar con estropajo metálico y sin arañar las superficies.

Limpieza del horno con productos naturales

Si el horno no está excesivamente sucio, podemos hacer una pasta mezclando dos cucharadas de agua con un vaso de bicarbonato. 

Para aplicarla, basta con poner un poco de esta pasta en el estropajo y frotar suavemente. En las zonas en las que haya manchas de grasa quemada e incrustada, dejaremos que la pasta actúe durante unas horas o durante toda la noche. Pasado ese tiempo la retiraremos frotando con un estropajo húmedo y si aún quedan algunos pegotes demasiado incrustados necesitaremos usar el rascador para vidrios.

Para dar brillo a la superficie y retirar algún posible resto de bicarbonato que haya podido quedar usamos el vinagre blanco, que lo ideal es rociarlo un pulverizador, pero si no tenemos podemos aplicarlo dando toquecitos con un trozo de papel de cocina empapado. Donde queden restos de bicarbonato se formará espuma que retiraremos con un paño húmedo.

Finalmente, repasaremos las superficies del interior del horno con un paño seco que no suelte pelusas.

Truco Cocinillas

El bicarbonato es un producto ampliamente utilizado para la limpieza de las cocinas. Podemos ahorrar bastante dinero si, en vez de comprar bicarbonato de uso alimentario, compramos bicarbonato de limpieza que se vende en droguerías a precio mucho más económico.

La diferencia entre ambos es que el bicarbonato de limpieza puede contener alguna impureza, pero es perfectamente seguro para el uso para el que se comercializa.

Limpieza de un horno muy sucio

Si el horno tiene mucha grasa incrustada y de mucho tiempo, necesitaremos recurrir a un quitagrasas más potente o a un limpiador alcalino para cocinas. Lo más cómodo cuando se trata de hacer una limpieza exhaustiva es retirar la puerta del horno, esto nos facilitará la limpieza de ésta, que podremos hacerla cómodamente sobre la encimera, y el acceso al interior del horno.

Para desmontar la puerta del horno, simplemente hay que levantar las pestañas que están en cada una de las bisagras (es sencillo si nos ayudamos de una cuchara con la que hacer palanca) y, con la puerta casi cerrada, tirar hacia arriba. Para colocarla una vez limpia, haremos lo mismo, pero en sentido inverso.

También nos facilitará el trabajo retirar la goma que rodea la cavidad y, para hacerlo, sólo hay que tirar con suavidad de las esquinas que es donde se encuentran los machos que van empotrados a presión. Una vez suelta la goma, la podemos dejar a remojo en agua y fregarla cómodamente.

Para limpiar el interior del horno, rociaremos el producto de limpieza, si es necesario, frotaremos con un estropajo húmedo para asegurarnos de que se reparte bien y lo dejaremos actuar siguiendo las instrucciones del fabricante. Cuando la grasa se haya ablandado un poco, podremos ayudarnos del rascador para retirarla sin rayar la superficie.

Una vez retiradas las incrustaciones de grasa, fregaremos toda la superficie con jabón del de lavar los platos, aclararemos con un estropajo húmedo y secaremos con un trapo que no suelte pelusas.