El huevo es un alimento de moda en España, como lo demuestra el aumento del 8,2% en su consumo en 2023, según el último informe del Ministerio de Agricultura. La frescura es el atributo más valorado por los consumidores españoles al comprar huevos. Sin embargo, no basta con sumergirlos en agua para determinar su frescura, ya que este método no es del todo fiable y puede comprometer la seguridad alimentaria.
Mar Fernández, directora adjunta de INPROVO, explica que sumergir un huevo en agua para ver si flota o se hunde es un método popular pero arriesgado. "No solo no es una prueba fiable, sino que supone un riesgo para la seguridad alimentaria si guardamos el huevo después de mojarlo", afirma Fernández.
La protección externa de la cáscara, llamada cutícula, se pierde al mojar el huevo, permitiendo la entrada de microorganismos a través de los poros de la cáscara.
Métodos efectivos para comprobar la frescura de un huevo
Para determinar la frescura de un huevo, INPROVO recomienda otros métodos más seguros y precisos:
1. Fecha de consumo preferente: La manera más sencilla y fiable es verificar la fecha de consumo preferente indicada en el envase del huevo. Este dato, obligatorio en todos los envases, nos dice que un huevo se considera fresco hasta 28 días después de su puesta. Aunque se puede consumir después de esta fecha, es importante cocinarlo bien para eliminar cualquier riesgo.
2. Consistencia de la clara: Un huevo fresco tiene una clara densa y gelatinosa que se divide en dos zonas: una más firme que rodea la yema y otra más líquida. Con el tiempo, la clara pierde firmeza y se vuelve más líquida y homogénea.
3. Forma de la yema: La yema de un huevo fresco es semiesférica y se mantiene elevada sobre la clara. En un huevo menos fresco, la yema se aplana y su membrana se debilita, llegando incluso a romperse con facilidad al cascar el huevo.
4. Cámara de aire: La frescura también se puede medir por el tamaño de la cámara de aire, una burbuja en el polo más ancho del huevo. Cuanto más pequeño es este espacio, más fresco es el huevo. La cámara de aire aumenta de tamaño a medida que el huevo envejece debido a la pérdida de vapor de agua y la entrada de aire.
5. Chalazas: Las chalazas son cordones blancos visibles en la clara, que mantienen la yema centrada. En un huevo fresco, son bien visibles y firmes. En un huevo menos fresco, se vuelven casi indistinguibles y la yema puede desplazarse hacia la cáscara.
Seguridad y aprovechamiento de los huevos menos frescos
Fernández subraya que no es necesario desechar los huevos menos frescos. "Podemos usarlos en preparaciones que requieran cocción completa, como huevos cocidos, rebozados o repostería horneada, ya que alcanzan temperaturas suficientes para eliminar cualquier riesgo microbiológico". Sin embargo, para platos que utilicen huevo crudo o poco cocido, como mayonesa, tortillas poco cuajadas o cremas, se deben usar huevos muy frescos.
Por último, los huevos con defectos en la cáscara deben desecharse. Aquellos con grietas pero sin pérdida de contenido pueden utilizarse en recetas cocinadas a alta temperatura.
Los Juegos del Huevo
En su esfuerzo por educar al público sobre la producción y el consumo seguro del huevo, INPROVO continúa con la campaña "Los Juegos del Huevo". Dirigida principalmente a un público joven, esta campaña ofrece actividades online para promover el consumo responsable y destacar el valor nutricional de este alimento esencial.
Estos sencillos consejos permiten identificar la frescura de los huevos y garantizar su consumo seguro, reduciendo así el desperdicio alimentario y promoviendo una dieta saludable.