Amo tanto la comida cocinada en el horno como detesto tener que limpiarlo después. Diría que la limpieza de este electrodoméstico es la más ingrata de todas las que pueden llegar a realizarse dentro de una cocina. Si el horno está debajo de la encimera, todo esto multiplicado por dos.
Seguro que tú también has deseado alguna vez tener los brazos del inspector Gadget o Elastigirl para llegar al fondo del horno sin tener que asomarte de medio lado y en una posición incomodísima con la puerta de por medio.
La limpieza de la puerta también es de las que dan quebraderos de cabeza, pues con el uso se va acumulando grasa entre los cristales que se quedan de un color amarillento que da aspecto de descuidado.
Una característica de los hornos modernos que pocos conocen
Nos pasa mucho a los humanos que a veces sufrimos realizando una tarea tediosa por no hacer algo que sería lo lógico simplemente por la idea preconcebida de que va a ser complicado y nos va a hacer perder un tiempo precioso que no nos sobra.
Si se trata de limpiar el horno, un paso lógico sería quitar la puerta para limpiarla sobre una superficie y en una posición que nos resulte más cómoda y, de paso, acceder más fácilmente a todos los rincones de la cavidad de cocción. La creencia popular, limitante como casi siempre, es que poco menos que hay que hacer un máster para desmontar la puerta. Y no.
Las puertas de los hornos modernos se pueden desmontar completamente en pocos segundos, esto incluye sacar la puerta y separar cada uno de los cristales para que sean tan fáciles de limpiar como una bandeja extraíble. En modelos algo más antiguos, puede que haya que desenroscar algún tornillo, eso hará que en vez de 30 segundos, hagan falta 60. Y poner a buen recaudo los tornillos mientras limpiamos cada pieza, pero aún así es sencillísimo. La de golpes en la espinilla que me habría ahorrado yo con la puerta del horno abierta si me hubiese atrevido a hacerlo antes.
El sencillo paso para que limpiar el horno sea más fácil
Para desmontar la puerta del horno, que es algo supersencillo, haremos lo siguiente:
- Abrimos completamente la puerta del horno. Nos fijaremos en las dos bisagras que unen la puerta al horno y permiten su apertura. Identificaremos las pestañas móviles que estarán en posición de bloqueo y las levantaremos para desbloquear la puerta. En la mayoría de los hornos tendremos que tirar de la pestaña hacia nosotros, aunque en algunos modelos puede moverse de izquierda a derecha.
- Liberada la puerta, la cogemos por el asa con las dos manos y la cerramos con cuidado hasta que notemos que hace tope con las pestañas que hemos movido.
- Ahora solo hace falta tirar hacia arriba y ya tendremos la puerta separada del resto del horno. Lleva más tiempo leerlo que hacerlo.
Para volver a montarla, haremos todo a la inversa, insertaremos las bisagras en los huecos y, con la puerta completamente abierta, moveremos las pestañas para devolverlas a la posición de bloqueo inicial.
Para limpiar los cristales de la puerta por dentro
Una vez que hemos sacado la puerta, podemos seguir desmontándola para facilitar la limpieza. En muchos hornos los cristales van encajados a presión y, para retirarlos, hay que hacer lo siguiente:
- Localizar la pieza de fibra que está en la parte superior del interior de la puerta apoyando sobre el cristal exterior.
- Soltar la pieza presionando en los laterales y tirando hacia el borde superior de la puerta. En algunos modelos que van a presión basta con tirar.
- Una vez retirada esta pieza, podremos levantar cada uno de los cristales y limpiarlos con comodidad. Es importante llevar cuenta del orden de éstos, pues no son de tamaño idéntico y luego hay que colocarlos cada uno en su sitio. Si, por lo que sea, nos despistamos y, en el momento de montar de nuevo la puerta, vemos que alguno no encaja bien, no debemos meterlo a la fuerza. Simplemente probaremos con los otros cristales hasta dar con el correcto para esa posición.